Vivo y trabajo en Cataluña desde hace algún tiempo. Más allá del jaleo de cambiar de casa, mudanza, etc, se sitúa el estado mental al hacerlo.
Ilusión por un buen proyecto, y dejar cosas lejos que en determinadas circunstancias, te gustaría tener más cerquita.
De vivir en Valencia - tanto personal como profesionalmente- aprendí muchas cosas. La impaciencia no es buena, y todo requiere su tiempo. Llaman suerte, cuando en realidad quieren decir esfuerzo + oportunidad. No hay suerte en el trabajo, o en la vida. Existe la constancia y el querer crecer, tener hambre de construir.
No hay atajos para el éxito. Y desde luego, lo más práctico y lo más inmediato, no es lo mejor. Casi nunca.
Cuando te llegan oportunidades, aprovéchalas, creéte grande porque lo eres, si te llaman, te buscan y se esfuerzan.
Vivir en Cataluña - de momento - no es diferente a nada ni igual tampoco. Gente trabajadora en su mayoría, con ganas de inventar, abiertos de mente y amantes de su tierra. Como casi todos.
Os iré contanto como va por aquí... hasta entonces, te invito a querer crecer, a reírte y aprovechar las oportunidades, que, - un día te darás cuenta - tú mismo te vas creando a base de hacer las cosas bien.
Adeu, amics! ;-)