Miro a los ojos como quien quiere ver el reflejo de quien uno fue, y que fue creciendo, sonrío recordando tantas historias y anécdotas, pero sonrío mucho más porque aún somos capaces de juntarnos, de buscar tiempo y querer exprimirlo a tope.
Mienten - o se equivocan - quienes dicen que la gente no cambia, evolucionar es cambiar, aprender y compartir todo eso.
Les escucho queriendo grabar todo lo que ocurre, quiero saber de verdad, ellos escudriñan cada palabra del otro, nos conocemos y queremos saber de sentimientos, de esos que salen en el corazón.
Uno levanta la copa brindando con ellos como los guerreros que logran conquistar la bandera, por todo lo vivido y lo mucho que queda por vivir.
En esas estamos hoy, saboreando y sonriendo recordando a los que de una manera u otra nos han acompañado. Personas que fueron y son importantes en la vida de cada uno.
Va por ellos, pues, a la Hermandad. Gracias.