Estos días, viendo el mar de la ciudad que me tiene enamorado, allá donde las olas rompen y ese color verde de invierno genial te invitan a pensar en la fuerza que tiene la madre, la madre naturaleza, me venían a la cabeza como si fuera una peli pasada a gran velocidad todo lo que ha sucedido este año, que es mucho.
Nunca sabemos lo que nos depara cada nuevo año, eso es cierto, pero hay cosas que son difícilmente imaginables.
Marcado, evidentemente por la muerte de mi madre, este 2014 ha sido un año donde se han puesto el punto final a un montón de cosas y se comienzan también libros en blanco, geniales, donde la historia la escribo, la vivo, cada día.
Cambié de ciudad, de empresa, compañer@s, rutinas, lugares... cambio de vida.
Recuerdo durante buena parte del año volar a Zaragoza para ver a mi madre en el hospital, vivo la sensación ahora del recuerdo constante a ella durante esos viajes, de las cientos de charlas por teléfono, su washapp de todas las mañanas con mil corazones y besos que guardo y guardaré toda mi vida.
Recuerdo a mi aita. Siempre allí, fuerte, potencia y cariño, para lo que haga falta, como hoy.
A veces, tengo la sensación de que ha pasado una vida de todo esto y realmente aún no ha terminado el año. Deben ser la cantidad de horas dedicadas a la reflexión, el dolor, y las noches en vela pensando que se nos ha ido el alma de la casa.
No hay consuelo, es cierto.
De cualquier modo, soy un hombre con suerte. La suerte de mis amigos y de personas que tengo bien cerquita que le hacen a uno grandullón, hombros amigos y abrazos sinceros, amor y cariño que te llevan al calor y a estar agustito. Ell@s, me suman.
Hermanos que hacen piña, apretamos dientes y conversaciones infinitas, besos de herman@s que se quieren, y que, realmente, es un homenaje a ellos, a mis padres que hicieron lo que hicieron, y lo hicieron bien. Para mi, tener a Iñigo y a Maider sólo significa orgullo, geniales, ejemplos vivos.
Ahora viene el 15. Sólo le pido salud para los míos.
De lo demás, me ocupo yo.
Espero, de vez en cuando, aquí, contigo, poder contarte algunas de las cosas que vivo, poder compartir reflexiones y momentos especiales.
Las otras cosas, quedan entre la vida y yo.
Feliz 2015!
Un año duro, grandullón. Pero también genial, impresionante, brutal como dices tú. Este tiempo, vivirlo así, sólo se puede hacer contigo. Gracias. Mil millones de gracias. Te quiero!
ResponderEliminarUrte berri on, Javitxu. Muxu bat. Cris.
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