Se acerca. La escucho, la veo ahora cada día en la decoración de las calles, de los escaparates, del ambiente, del oir a compañeros, a los amig@s hablar de la compra de regalos, de cenas, comidas y menús... Ya está aquí la Navidad.
Cuando uno vive lo que vivo, la Navidad, los regalos, la familia y todo esto que antes sentía y me encantaba, ahora se vuelve una época que lo único que quieres es que pase. Y que lo haga rápido, por favor. No es que esté asqueado o que ahora odie esta época, no es eso, es que simplemente me falta un trozo enorme del corazón.
No hay Feliz Navidad. Hay echar de menos, mucho. Hay miles de momentos que recuerdas vividos, que por un momento te hacen sonreír precisamente por lo feliz que fuiste, pero que, en nada se convierte en un "nunca más".
Llevo pensando en esto del "nunca" unos cuantos días.
Es una palabra que utilizamos mucho, y a menudo demasiado fácil y sin pararnos a pensar en lo que realmente significa.
Yo, por primera vez en mi vida, me he dado cuenta de la profundidad, del verdadero significado, de lo que implica y lo que uno siente cuando la palabra nunca es verdad.
Es un guantazo a la vida. Nunca, significa que hasta el infinito, hasta que no haya nada de ti, jamás volverás a sentir el abrazo de tu madre, el amor bestial e incondicional que sólo una madre puede dar, las charlas y las risas, las emociones y los sueños compartidos con ella. Nunca, no es más tarde, ni después, ni dentro del 20 años, ni ya veremos... Nunca, es nunca.
Es cierto que hay un montón de motivos por los que uno debe alegrarse, disfrutar - y lo hago-, sigo queriendo exprimir cada minuto porque no vuelven, y eso también es nunca, pero hay días realmente complicados. Fechas más difíciles.
A ti, que ojalá puedas disfrutar de toda la familia completa, déjame que te de un consejo: aprovéchalo a tope. Da de ti todo lo bueno que puedes dar, alegra esa cara, sonríe, haz que se rían, graba en tu memoria cada instante, guarda los pequeños detalles, los susurros y los te quieros en tu corazón para siempre, dilo ahora, y vive sin dejar nada en un tintero, que no sabes cuando va a terminar.
La Navidad es para los niños, dicen. Pues eso somos hasta que de aquí nos vamos.
Las arrugas sólo nos hacen niños mayores, porque, al fin y al cabo, te sigues preguntando y deseando lo mismo que cuando eras un enano. Antes creías en los Reyes Magos, ahora crees en las buenas personas, lo que antes eran regalos, hoy también lo son, pero los quieres en sonrisas, caricias, hombros y sorpresas tontas.
Os deseo una gran y Feliz Navidad a tod@s.
Imagino la situación, amigo mío, pero estoy convencido de que, como siempre, sacarás fuerza de donde no hay, y harás que todos los que vivan esta navidad contigo lo hagan felices. Feliz navidad, Javier. Un abrazo gigantesco. Carlos L.
ResponderEliminarZorionak para ti y toda tu familia! Tenéis un montón de cosas geniales. Nos vemos por aquí.Tengo muchísimas ganas de darte un abrazo de oso! :-) Muxus Leire.
ResponderEliminarLas primeras navidades...fechas complicadas... Y durante los próximos 12 meses habrán much@s primeras ocasiones... X eso, hemos d quedarnos, sentir, reír, vivir y quedarnos con esos momentos q nos alimentan el alma. Y para q sigas creyendo en la magia de la navidad... Este año te acompaña una caja llena d sorpresas tontas. ;-). Para mi niño grande. Alegría.
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