Algunos, se conocen desde hace más de 30 años. Otros, como yo, 21 añitos.
Tengo la suerte de estar suficientemente dentro y fuera para poder compartir un montón de cosas y también poder ver con perspectiva.
Aprendieron a andar en bici juntos, sus ojos, sus corazones y sus almas han vivido como crecen, tardes enteras, noches alegres y algunas más tristes, hombros altos donde apoyarse entre ellos, y poder contar al fin, sonriendo, que se casan y que van a ser padres.
La alegría compartida y ojos entre lágrimas de emoción.
Desde fuera, uno mira atento y escucha mil anécdotas que casi siempre acaban en risas, se miran entre ellos como quien observa su propia vida, quieren saborear, exprimir, jugar con 40 años - y jugar en serio- que siguen siendo amigos.
Alucinante que entre ellos haya 6 hermanos.
Año tras año, hacen hueco. Luchan y se esfuerzan por sacar horas donde no las hay, esposas, hij@s, trabajo...
Hacen hueco a la amistad, al reencuentro, a vivirse, incluso a vivir el silencio juntos.
Se llenan de ilusión esperando un fin de semana para ellos. Se lo merecen - piensan -, cada uno de ellos, se merecen poder seguir compartiendo vivencias, risas y confidencias, merecen dormir juntos y reírse del mundo.
Uno, - mientras - les mira a todos, pensando que tienen millones, que estoy seguro que se recuerdan miles de veces, que su apuesta por la vida de verdad siendo ellos sale bien, que son millonarios en esto de la vida y la amistad; que sé bien lo que es tener amigos desde hace más de 20 años, y el orgullo que supone, que merecen aplausos, jalearlos, para poder compartir, cerveza en mano, lo mucho que les -nos- queda por vivir.
Va por ellos, pues, a Los del Moncayo, que compartieron piscina, bicis, padres, éxitos y fracasos y ante todo, amigos.
Nos vemos en Montalbán, allá por el 2013.
martes, 30 de octubre de 2012
Los del Moncayo
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lunes, 22 de octubre de 2012
Retrógrado!
Eso me llamaron. Estoy preocupadísimo. No duermo hace 10 días, oiga.
Le faltó intolerante y alguna gilipollez más de esas que dicen l@s que "o conmigo o contra mi".
Se habla de progresismo a ciertas chorradas que a este que escribe le dejan estupefacto, sobre todo, cuando con argumentos convences y su último grito de guerra es un "¡bah!".
Ya no hay palabras, se quedan con la mirada perdida, gesticulando...
El tema surgió hablando de la moda de las bicicletas. De sus carriles, comenté que a veces van como locos, y que al final, tiene prioridad el de la bici, en vez del peatón.
Añadí, además, que, la gente va en bici por tres razones principalmente: la primera, porque es más barato, la segunda es rápido, te da independencia, y la tercera, es que, de paso, haces ejercicio y vas quemando lorza.
Si quemas lorza, sudas, -dije- y me parece muy bien que la gente haga ejercicio, pero me parece una guarrada que alguien llegue sudando a su puesto de trabajo. En invierno con el plumas, abrigo o bufanda hasta las cejas, y en verano con 35º grados a la sombra. Si haces ejercicio, y en bicicleta lo haces, a no ser que sea un trayecto extremadamente corto, sudas. Sí o sí. Más en ciudades grandes, que las distancias son mayores.
Retrógrado!, dijo. Toma. Eso para empezar.
Seis amig@s, que por cierto, tod@s hacemos algo de ejercicio, con las cejas levantadas mirando al ofendido.
El tema de la tolerancia, -no sé que tiene que ver ser intolerante con decir que si haces ejercicio sudas- pero por ahí llevó el tema el amigo, y claro, se fue desarrollando.
Como no, llegó el tema del tabaco.
Vaya por delante que soy fumador. Y que me parece muy bien que la gente tenga espacios sin humo, pero apunté - y vari@s conmigo fumadores y no fumadores- que la anterior ley era suficiente. Tú decidías si quieres ir o no a un lugar con humo. A cualquier fumador que le preguntes, te dirá, además, que se plantea ir a un bar sobre todo en invierno u otoño si existe terraza o no, y que prefiere ir a una casa, o un lugar donde pueda fumar. Si no vas, no gastas, si no gastas, hay más paro. No fue la mejor época para iniciar esa ley, pero bueno. Eso es otro cantar.
Y me vais a perdonar, pero entras a un bar, sobre todo por la noche, y cierto, no hay humo, no huele a tabaco, pero hay un jaleo de sobacos espectacular. Prefiero oler a tabaco que a mierda, sinceramente.
Sigo sorprendiéndome con la cantidad de gente que no se ducha todos los días, o varias veces, y me alucina ver esos "gallos" en pelos de gente hecha y derecha a las 9 de la mañana. Dúchese, marran@.
En cuanto a la política, me parece genial tus ideas, siempre y cuando no estés a favor de la violencia (sea cual sea) o no la condenes. Y si cagarme en los padres de ETA, y en algunos otros que roban supermercados, o gurteles, o en los imbéciles que dicen que fue y es una guerra política es ser retrógrado o intolerante, pues oiga, lo soy. Y lo seguiré siendo.
A la gente que te diga "o conmigo o contra mi", acepta un consejo, y aléjate. Son los primeros intransigentes, carentes de inteligencia y desde luego de cualquier generosidad. Hablan de amor, y desarrollo, pero el que ellos quieren y sea para ellos. Mienten.
Que les vayan dando, así, tranquilamente, y se den una vuelta a España en bici, que viajar, conocer gente y mundo, enseña mucho. :)
Le faltó intolerante y alguna gilipollez más de esas que dicen l@s que "o conmigo o contra mi".
Se habla de progresismo a ciertas chorradas que a este que escribe le dejan estupefacto, sobre todo, cuando con argumentos convences y su último grito de guerra es un "¡bah!".
Ya no hay palabras, se quedan con la mirada perdida, gesticulando...
El tema surgió hablando de la moda de las bicicletas. De sus carriles, comenté que a veces van como locos, y que al final, tiene prioridad el de la bici, en vez del peatón.
Añadí, además, que, la gente va en bici por tres razones principalmente: la primera, porque es más barato, la segunda es rápido, te da independencia, y la tercera, es que, de paso, haces ejercicio y vas quemando lorza.
Si quemas lorza, sudas, -dije- y me parece muy bien que la gente haga ejercicio, pero me parece una guarrada que alguien llegue sudando a su puesto de trabajo. En invierno con el plumas, abrigo o bufanda hasta las cejas, y en verano con 35º grados a la sombra. Si haces ejercicio, y en bicicleta lo haces, a no ser que sea un trayecto extremadamente corto, sudas. Sí o sí. Más en ciudades grandes, que las distancias son mayores.
Retrógrado!, dijo. Toma. Eso para empezar.
Seis amig@s, que por cierto, tod@s hacemos algo de ejercicio, con las cejas levantadas mirando al ofendido.
El tema de la tolerancia, -no sé que tiene que ver ser intolerante con decir que si haces ejercicio sudas- pero por ahí llevó el tema el amigo, y claro, se fue desarrollando.
Como no, llegó el tema del tabaco.
Vaya por delante que soy fumador. Y que me parece muy bien que la gente tenga espacios sin humo, pero apunté - y vari@s conmigo fumadores y no fumadores- que la anterior ley era suficiente. Tú decidías si quieres ir o no a un lugar con humo. A cualquier fumador que le preguntes, te dirá, además, que se plantea ir a un bar sobre todo en invierno u otoño si existe terraza o no, y que prefiere ir a una casa, o un lugar donde pueda fumar. Si no vas, no gastas, si no gastas, hay más paro. No fue la mejor época para iniciar esa ley, pero bueno. Eso es otro cantar.
Y me vais a perdonar, pero entras a un bar, sobre todo por la noche, y cierto, no hay humo, no huele a tabaco, pero hay un jaleo de sobacos espectacular. Prefiero oler a tabaco que a mierda, sinceramente.
Sigo sorprendiéndome con la cantidad de gente que no se ducha todos los días, o varias veces, y me alucina ver esos "gallos" en pelos de gente hecha y derecha a las 9 de la mañana. Dúchese, marran@.
En cuanto a la política, me parece genial tus ideas, siempre y cuando no estés a favor de la violencia (sea cual sea) o no la condenes. Y si cagarme en los padres de ETA, y en algunos otros que roban supermercados, o gurteles, o en los imbéciles que dicen que fue y es una guerra política es ser retrógrado o intolerante, pues oiga, lo soy. Y lo seguiré siendo.
A la gente que te diga "o conmigo o contra mi", acepta un consejo, y aléjate. Son los primeros intransigentes, carentes de inteligencia y desde luego de cualquier generosidad. Hablan de amor, y desarrollo, pero el que ellos quieren y sea para ellos. Mienten.
Que les vayan dando, así, tranquilamente, y se den una vuelta a España en bici, que viajar, conocer gente y mundo, enseña mucho. :)
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lunes, 1 de octubre de 2012
Los chicos del paso de cebra
Les veo todos los días, varias veces.
Cuando salgo a las 7.45 de la mañana, ya están allí. No conocen los fines de semana, ni los festivos.
Al pasar a mediodía, haga un sol de justicia, o no, también están allí. Hasta que el sol se pone, allí andan con sus mazas, sus bolas y haciendo malabares.
Me encanta como afrontan cada día, cada mañana, con unos buenos días acompañados de una sonrisa enorme cada vez que se pone el semáforo en rojo y comienzan su espectáculo.
Son dos.
Con rastas, visten cómodo, mil pulseras, algún tatuaje, y el moreno albañil de pasar mil horas bajo un sol abrasador o un frío de mil pares. Son de esas personas, que los etiquetadores, a simple vista y porque sí, dicen "llevan pintas", frase que lleva a la asociación mental de "vagos y maleantes".
A veces llevan una nevera, con bocatas envueltos en papel albal, y agua, descansan rápido, y siempre están hablando, riendo, compartiendo.
Son educados, responden siempre, y cuando te paras a hablar con ellos, sus palabras hablan de esfuerzo, y sacrificio, aunque el 99% de los coches que les vean, y cuando pasan el sombrero, les digan no, o suban el cristal como quien ve al diablo.
Pueden con todo y con todos.
Hace unos días, vinieron seis personas a "okupar" su paso de cebra. Cuatro chicos y dos chicas, con un montón de cervezas en esos packs de ambar; les invitaron a marcharse.
Nuestros chicos, cambiaron de paso de cebra, pero también les dijeron que "allí tampoco, chatos" eso es nuestro. Propiedad privada y tal, no nos vamos a joder entre nosotros, colega, eso sí, vosotros piraros del sitio que os habéis currado durante meses. "Así es la vida, tío".
A los nuevos inquilinos, no se les veía a primera hora de la mañana, y cuando pasaba a mediodía, siempre estaban bebiendo cervezas, salía uno a dar el espectáculo -pobre, por cierto-, mientras los otros 5 miraban y se descojonaban de quien sea, fuera un niño que pasaba o una señora. Ni buenos días, ni sonrisas, ni alegría, ni ganas. Conmigo o contra mí.
Ni respeto, ni educación.
Duraron poco. A los 10 días, volví a ver a nuestros amigos. No sé sus nombres. Pero bien podrían ser "tesón y alegría".
Dan los buenos días, y las buenas tardes felices, viven en una pensión me contaron, la vida, sus padres, la familia, pocas ganas de estudiar y mucho de descubrir, les llevó de Madrid al cielo, como dicen ellos.
Aprendieron a hacer malabares porque querían subsistir, querían hacer algo en lo que fueran verdaderamente buenos, y sin tener ni idea, hace unos años se pusieron a ello. Juntos. Descubrir mundo y vida.
Van a pruebas de circo de las inmediaciones, con su pack de mazas, bolos y chisteras. No hemos tenido suerte en eso -dicen- pero disfrutan del mientras lo consiguen. Lo exprimen cada día.
Queda gente genial ahí fuera, gente que te enseña todos los días, gente con la que merece la pena encontrarte y disfrutar, aunque sólo puedas 5 minutos en un paso de cebra o en un callejón.
Personas geniales.
Cuando salgo a las 7.45 de la mañana, ya están allí. No conocen los fines de semana, ni los festivos.
Al pasar a mediodía, haga un sol de justicia, o no, también están allí. Hasta que el sol se pone, allí andan con sus mazas, sus bolas y haciendo malabares.
Me encanta como afrontan cada día, cada mañana, con unos buenos días acompañados de una sonrisa enorme cada vez que se pone el semáforo en rojo y comienzan su espectáculo.
Son dos.
Con rastas, visten cómodo, mil pulseras, algún tatuaje, y el moreno albañil de pasar mil horas bajo un sol abrasador o un frío de mil pares. Son de esas personas, que los etiquetadores, a simple vista y porque sí, dicen "llevan pintas", frase que lleva a la asociación mental de "vagos y maleantes".
A veces llevan una nevera, con bocatas envueltos en papel albal, y agua, descansan rápido, y siempre están hablando, riendo, compartiendo.
Son educados, responden siempre, y cuando te paras a hablar con ellos, sus palabras hablan de esfuerzo, y sacrificio, aunque el 99% de los coches que les vean, y cuando pasan el sombrero, les digan no, o suban el cristal como quien ve al diablo.
Pueden con todo y con todos.
Hace unos días, vinieron seis personas a "okupar" su paso de cebra. Cuatro chicos y dos chicas, con un montón de cervezas en esos packs de ambar; les invitaron a marcharse.
Nuestros chicos, cambiaron de paso de cebra, pero también les dijeron que "allí tampoco, chatos" eso es nuestro. Propiedad privada y tal, no nos vamos a joder entre nosotros, colega, eso sí, vosotros piraros del sitio que os habéis currado durante meses. "Así es la vida, tío".
A los nuevos inquilinos, no se les veía a primera hora de la mañana, y cuando pasaba a mediodía, siempre estaban bebiendo cervezas, salía uno a dar el espectáculo -pobre, por cierto-, mientras los otros 5 miraban y se descojonaban de quien sea, fuera un niño que pasaba o una señora. Ni buenos días, ni sonrisas, ni alegría, ni ganas. Conmigo o contra mí.
Ni respeto, ni educación.
Duraron poco. A los 10 días, volví a ver a nuestros amigos. No sé sus nombres. Pero bien podrían ser "tesón y alegría".
Dan los buenos días, y las buenas tardes felices, viven en una pensión me contaron, la vida, sus padres, la familia, pocas ganas de estudiar y mucho de descubrir, les llevó de Madrid al cielo, como dicen ellos.
Aprendieron a hacer malabares porque querían subsistir, querían hacer algo en lo que fueran verdaderamente buenos, y sin tener ni idea, hace unos años se pusieron a ello. Juntos. Descubrir mundo y vida.
Van a pruebas de circo de las inmediaciones, con su pack de mazas, bolos y chisteras. No hemos tenido suerte en eso -dicen- pero disfrutan del mientras lo consiguen. Lo exprimen cada día.
Queda gente genial ahí fuera, gente que te enseña todos los días, gente con la que merece la pena encontrarte y disfrutar, aunque sólo puedas 5 minutos en un paso de cebra o en un callejón.
Personas geniales.
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