lunes, 18 de febrero de 2013

Sol y brisa

Vale. Lo reconozco. El mar me emociona. :)

Hay pocas cosas en la vida que me alucinen tanto. Y más, cuando te encuentras con ella, con la mar, de una manera inesperada. De repente, aparece. Ahí está, inmensa, fuerte, preciosa, alegre y con millones de historias que contar.

Uno tenía sus planes para estos días... una llamada, una voz amiga, y se cambian, esas cosas que surgen geniales, naturales, no había destino, el destino era escuchar, compartir, perspectiva, madurez, diversión...

¿Qué tiene el mar? Qué tiene, para que, a lo largo de toda la Historia de la humanidad, toda, haya enamorado, emocionado, se hayan escrito canciones, millones de libros, películas, y mil poemas de amantes que a través de la distancia o no, contemplan un amanecer o un atardecer que baña la sal y la brisa, y  que será guardado en sus ojos empapados durante el resto de sus vidas.

Muchas veces me he quedado horas contemplando el mar. En muchos lugares, y reconozco que Donosti es especial, pero esta vez no hizo falta ir hasta allá.

Al mirar al mar, vienen, como mareas, millones de pensamientos, situaciones, unas lejanas y otras que aún están ahí, vivas, algunas sonríes y otras, otras; duelen allá en la tripa, donde está el alma. 

Vuelas por encima del mar, queriendo llegar a preguntar que más nos va a regalar esta brava mar que llamamos vida, reflexionas hasta el final, desnudándote y sacando lo grande y lo menos bueno que hay en ti. 
Aún ahondas más en lo que de verdad importa en la vida, ni por todo el oro del mundo renuncio a mi, a emocionarme con alguien, a sentir un abrazo espectacular, a que se me ponga la piel de gallina con sólo tocarme, a reír a borbotones, a amar de una manera brutal, y cuando toca llorar, hacerlo cogiendo una mano fuerte y unos ojos que brillan hasta la locura. 


El mar - la mar - te mira. Sabe que estás ahí.

También es dura, hay cosas que has de mejorar, pero eso es lo importante, primero saberlo, y querer arreglarlo. Lo demás es fuerza, y paciencia.

Vienen y van recuerdos de amig@s y familia, olores geniales que te recuerdan historias vividas, miras orgulloso el horizonte, va atardeciendo del todo y le pides fuerza, fuerza para amar de verdad, para no ser egoísta, para no olvidar que no me quiero perder ni un minuto de mucha gente, vienen y van sueños cumplidos y otros que tocas ya casi con la punta de los dedos... 

Pasan horas como si fueran segundos. Es como cuando estás genial con alguien, no una vez ni cien, millones de veces.

Al cabo del tiempo, tocan tu pelo, acarician la cara, y miras para comprobar que el mar te manda una tremenda sonrisa, la de una amiga, por ejemplo, y te susurra un "te quiero mucho" de ésos de verdad, de amistad.
Quedan las huellas en la arena, caminas despacio, el sol te baña por última vez, y giras la cabeza, despidiéndote de ella, - de la mar- y agradeciendo todo lo que te ha dado, sales con la cabeza alta, orgulloso de uno mismo, con esos galones de Capitán dispuesto a la mayor de las luchas, a dar todo por quien merece la pena.

Quizás te suceda como a mí, y al día siguiente, montando a caballo, veas que el mar se ha transformado en árboles, paisajes y animales, pero esa historia... esa historia te la cuento otro día.  :)

Si te confundes, rectifica, si haces daño pide perdón, lucha, ten paciencia y gánate el amor dando amor.








5 comentarios:

  1. que nos la cuente, que nos la cuenteeee!! :) Muy chulo Javi. Muy sentido.

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  2. Javiertxu, me quedo con la última frase, pero la próxima vez que vea el mar, que será prontito... me acordaré de ti. Te lo prometo. Millones de besos.

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  3. hay gente, y permíteme mi comentario, que sencilla y llanamente, no merecen la pena. Más tarde o más temprano, da igual, caen. Al final, sólo me mueven por instintos animales. lobos disfrazados de corderos y dejan sangre a su paso. Cobardicas y egoistas. Al final queda lo tuyo y lo de muchos, el orgullo del que hablas para poder decir que luchaste que tanto usas. Siento ponerme tan pesada, pero me jode, así de claro, y más conociendo todo lo que conozco y a quien conozco.

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