Aquí fuera marca -2º. Frío.
Ves a la gente corriendo de aquí para allá, con poco tiempo y mucha prisa, abrigada hasta arriba, y bufandas que arropan los ojos llorosos por el viento y el frío.
Me gusta pasear. Si tengo tiempo, -es cuestión de organizarse- me encanta tener ese par de horas para observar, disfrutar, y parar un poco en este loco mundo.
Ves discusiones por la calle, y ves grandes sonrisas, gente que va riendo mientras mira el móvil y va emocionada enviando un washapp a alguien a quien quiere muchísimo, se le nota en los ojos, en esa mirada que llega al fondo, y levanta la cabeza orgullosa.
Me encanta ver eso. Hay una complicidad entre las personas que nos sentimos felices y se nota. Dan ganas de coger uno de esos altavoces que tan de moda están por la manifestaciones y convocar una para juntarnos la gente que tenemos un montón de razones, de vivencias, para ser feliz.
Ponerme en Plaza de España y convocar que valen más las sonrisas, que vale la pena sacar lecciones de vida de experiencias no tan buenas, que merece la pena luchar por lo que uno ama, llenar de pancartas todos los balcones diciendo que somos mucho más, que hay que hacer esa llamada, dar ese abrazo y cuidar a los tuyos.
Allá fuera necesitamos calor humano, para calentar el alma, y mirar a los ojos a la vida con ilusión. El ser humano es muchas veces egoísta consigo mismo. Piensan en las cosas malas que le ocurren en la vida para no sacar - piénsalo bien- el montón, el saco de grandes virtudes y cosas buenas que tienen. Que tienes.
Ya están colocadas las luces de navidad que nos arrastran a la compra con prisas. Prefiero las hogueras, el fuego y no comprar nada, pero disfrutarlo de la mano de quienes realmente quiero. Prefiero un café con un amigo, darle un abrazo que sale de dentro y decirle que puede seguir contando conmigo en el 2013 y los que vengan, elijo pasear de la mano y susurrar te quiero, elijo un chocolate caliente con unos churros con la enana.
Recuerda que cuando allá afuera hace frío, el calor humano, el que llena y reconforta lo más importante de ti, y de los tuyos, lo pones tú.
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Calor humano
martes, 30 de octubre de 2012
Los del Moncayo
Algunos, se conocen desde hace más de 30 años. Otros, como yo, 21 añitos.
Tengo la suerte de estar suficientemente dentro y fuera para poder compartir un montón de cosas y también poder ver con perspectiva.
Aprendieron a andar en bici juntos, sus ojos, sus corazones y sus almas han vivido como crecen, tardes enteras, noches alegres y algunas más tristes, hombros altos donde apoyarse entre ellos, y poder contar al fin, sonriendo, que se casan y que van a ser padres.
La alegría compartida y ojos entre lágrimas de emoción.
Desde fuera, uno mira atento y escucha mil anécdotas que casi siempre acaban en risas, se miran entre ellos como quien observa su propia vida, quieren saborear, exprimir, jugar con 40 años - y jugar en serio- que siguen siendo amigos.
Alucinante que entre ellos haya 6 hermanos.
Año tras año, hacen hueco. Luchan y se esfuerzan por sacar horas donde no las hay, esposas, hij@s, trabajo...
Hacen hueco a la amistad, al reencuentro, a vivirse, incluso a vivir el silencio juntos.
Se llenan de ilusión esperando un fin de semana para ellos. Se lo merecen - piensan -, cada uno de ellos, se merecen poder seguir compartiendo vivencias, risas y confidencias, merecen dormir juntos y reírse del mundo.
Uno, - mientras - les mira a todos, pensando que tienen millones, que estoy seguro que se recuerdan miles de veces, que su apuesta por la vida de verdad siendo ellos sale bien, que son millonarios en esto de la vida y la amistad; que sé bien lo que es tener amigos desde hace más de 20 años, y el orgullo que supone, que merecen aplausos, jalearlos, para poder compartir, cerveza en mano, lo mucho que les -nos- queda por vivir.
Va por ellos, pues, a Los del Moncayo, que compartieron piscina, bicis, padres, éxitos y fracasos y ante todo, amigos.
Nos vemos en Montalbán, allá por el 2013.
Tengo la suerte de estar suficientemente dentro y fuera para poder compartir un montón de cosas y también poder ver con perspectiva.
Aprendieron a andar en bici juntos, sus ojos, sus corazones y sus almas han vivido como crecen, tardes enteras, noches alegres y algunas más tristes, hombros altos donde apoyarse entre ellos, y poder contar al fin, sonriendo, que se casan y que van a ser padres.
La alegría compartida y ojos entre lágrimas de emoción.
Desde fuera, uno mira atento y escucha mil anécdotas que casi siempre acaban en risas, se miran entre ellos como quien observa su propia vida, quieren saborear, exprimir, jugar con 40 años - y jugar en serio- que siguen siendo amigos.
Alucinante que entre ellos haya 6 hermanos.
Año tras año, hacen hueco. Luchan y se esfuerzan por sacar horas donde no las hay, esposas, hij@s, trabajo...
Hacen hueco a la amistad, al reencuentro, a vivirse, incluso a vivir el silencio juntos.
Se llenan de ilusión esperando un fin de semana para ellos. Se lo merecen - piensan -, cada uno de ellos, se merecen poder seguir compartiendo vivencias, risas y confidencias, merecen dormir juntos y reírse del mundo.
Uno, - mientras - les mira a todos, pensando que tienen millones, que estoy seguro que se recuerdan miles de veces, que su apuesta por la vida de verdad siendo ellos sale bien, que son millonarios en esto de la vida y la amistad; que sé bien lo que es tener amigos desde hace más de 20 años, y el orgullo que supone, que merecen aplausos, jalearlos, para poder compartir, cerveza en mano, lo mucho que les -nos- queda por vivir.
Va por ellos, pues, a Los del Moncayo, que compartieron piscina, bicis, padres, éxitos y fracasos y ante todo, amigos.
Nos vemos en Montalbán, allá por el 2013.
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lunes, 22 de octubre de 2012
Retrógrado!
Eso me llamaron. Estoy preocupadísimo. No duermo hace 10 días, oiga.
Le faltó intolerante y alguna gilipollez más de esas que dicen l@s que "o conmigo o contra mi".
Se habla de progresismo a ciertas chorradas que a este que escribe le dejan estupefacto, sobre todo, cuando con argumentos convences y su último grito de guerra es un "¡bah!".
Ya no hay palabras, se quedan con la mirada perdida, gesticulando...
El tema surgió hablando de la moda de las bicicletas. De sus carriles, comenté que a veces van como locos, y que al final, tiene prioridad el de la bici, en vez del peatón.
Añadí, además, que, la gente va en bici por tres razones principalmente: la primera, porque es más barato, la segunda es rápido, te da independencia, y la tercera, es que, de paso, haces ejercicio y vas quemando lorza.
Si quemas lorza, sudas, -dije- y me parece muy bien que la gente haga ejercicio, pero me parece una guarrada que alguien llegue sudando a su puesto de trabajo. En invierno con el plumas, abrigo o bufanda hasta las cejas, y en verano con 35º grados a la sombra. Si haces ejercicio, y en bicicleta lo haces, a no ser que sea un trayecto extremadamente corto, sudas. Sí o sí. Más en ciudades grandes, que las distancias son mayores.
Retrógrado!, dijo. Toma. Eso para empezar.
Seis amig@s, que por cierto, tod@s hacemos algo de ejercicio, con las cejas levantadas mirando al ofendido.
El tema de la tolerancia, -no sé que tiene que ver ser intolerante con decir que si haces ejercicio sudas- pero por ahí llevó el tema el amigo, y claro, se fue desarrollando.
Como no, llegó el tema del tabaco.
Vaya por delante que soy fumador. Y que me parece muy bien que la gente tenga espacios sin humo, pero apunté - y vari@s conmigo fumadores y no fumadores- que la anterior ley era suficiente. Tú decidías si quieres ir o no a un lugar con humo. A cualquier fumador que le preguntes, te dirá, además, que se plantea ir a un bar sobre todo en invierno u otoño si existe terraza o no, y que prefiere ir a una casa, o un lugar donde pueda fumar. Si no vas, no gastas, si no gastas, hay más paro. No fue la mejor época para iniciar esa ley, pero bueno. Eso es otro cantar.
Y me vais a perdonar, pero entras a un bar, sobre todo por la noche, y cierto, no hay humo, no huele a tabaco, pero hay un jaleo de sobacos espectacular. Prefiero oler a tabaco que a mierda, sinceramente.
Sigo sorprendiéndome con la cantidad de gente que no se ducha todos los días, o varias veces, y me alucina ver esos "gallos" en pelos de gente hecha y derecha a las 9 de la mañana. Dúchese, marran@.
En cuanto a la política, me parece genial tus ideas, siempre y cuando no estés a favor de la violencia (sea cual sea) o no la condenes. Y si cagarme en los padres de ETA, y en algunos otros que roban supermercados, o gurteles, o en los imbéciles que dicen que fue y es una guerra política es ser retrógrado o intolerante, pues oiga, lo soy. Y lo seguiré siendo.
A la gente que te diga "o conmigo o contra mi", acepta un consejo, y aléjate. Son los primeros intransigentes, carentes de inteligencia y desde luego de cualquier generosidad. Hablan de amor, y desarrollo, pero el que ellos quieren y sea para ellos. Mienten.
Que les vayan dando, así, tranquilamente, y se den una vuelta a España en bici, que viajar, conocer gente y mundo, enseña mucho. :)
Le faltó intolerante y alguna gilipollez más de esas que dicen l@s que "o conmigo o contra mi".
Se habla de progresismo a ciertas chorradas que a este que escribe le dejan estupefacto, sobre todo, cuando con argumentos convences y su último grito de guerra es un "¡bah!".
Ya no hay palabras, se quedan con la mirada perdida, gesticulando...
El tema surgió hablando de la moda de las bicicletas. De sus carriles, comenté que a veces van como locos, y que al final, tiene prioridad el de la bici, en vez del peatón.
Añadí, además, que, la gente va en bici por tres razones principalmente: la primera, porque es más barato, la segunda es rápido, te da independencia, y la tercera, es que, de paso, haces ejercicio y vas quemando lorza.
Si quemas lorza, sudas, -dije- y me parece muy bien que la gente haga ejercicio, pero me parece una guarrada que alguien llegue sudando a su puesto de trabajo. En invierno con el plumas, abrigo o bufanda hasta las cejas, y en verano con 35º grados a la sombra. Si haces ejercicio, y en bicicleta lo haces, a no ser que sea un trayecto extremadamente corto, sudas. Sí o sí. Más en ciudades grandes, que las distancias son mayores.
Retrógrado!, dijo. Toma. Eso para empezar.
Seis amig@s, que por cierto, tod@s hacemos algo de ejercicio, con las cejas levantadas mirando al ofendido.
El tema de la tolerancia, -no sé que tiene que ver ser intolerante con decir que si haces ejercicio sudas- pero por ahí llevó el tema el amigo, y claro, se fue desarrollando.
Como no, llegó el tema del tabaco.
Vaya por delante que soy fumador. Y que me parece muy bien que la gente tenga espacios sin humo, pero apunté - y vari@s conmigo fumadores y no fumadores- que la anterior ley era suficiente. Tú decidías si quieres ir o no a un lugar con humo. A cualquier fumador que le preguntes, te dirá, además, que se plantea ir a un bar sobre todo en invierno u otoño si existe terraza o no, y que prefiere ir a una casa, o un lugar donde pueda fumar. Si no vas, no gastas, si no gastas, hay más paro. No fue la mejor época para iniciar esa ley, pero bueno. Eso es otro cantar.
Y me vais a perdonar, pero entras a un bar, sobre todo por la noche, y cierto, no hay humo, no huele a tabaco, pero hay un jaleo de sobacos espectacular. Prefiero oler a tabaco que a mierda, sinceramente.
Sigo sorprendiéndome con la cantidad de gente que no se ducha todos los días, o varias veces, y me alucina ver esos "gallos" en pelos de gente hecha y derecha a las 9 de la mañana. Dúchese, marran@.
En cuanto a la política, me parece genial tus ideas, siempre y cuando no estés a favor de la violencia (sea cual sea) o no la condenes. Y si cagarme en los padres de ETA, y en algunos otros que roban supermercados, o gurteles, o en los imbéciles que dicen que fue y es una guerra política es ser retrógrado o intolerante, pues oiga, lo soy. Y lo seguiré siendo.
A la gente que te diga "o conmigo o contra mi", acepta un consejo, y aléjate. Son los primeros intransigentes, carentes de inteligencia y desde luego de cualquier generosidad. Hablan de amor, y desarrollo, pero el que ellos quieren y sea para ellos. Mienten.
Que les vayan dando, así, tranquilamente, y se den una vuelta a España en bici, que viajar, conocer gente y mundo, enseña mucho. :)
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lunes, 1 de octubre de 2012
Los chicos del paso de cebra
Les veo todos los días, varias veces.
Cuando salgo a las 7.45 de la mañana, ya están allí. No conocen los fines de semana, ni los festivos.
Al pasar a mediodía, haga un sol de justicia, o no, también están allí. Hasta que el sol se pone, allí andan con sus mazas, sus bolas y haciendo malabares.
Me encanta como afrontan cada día, cada mañana, con unos buenos días acompañados de una sonrisa enorme cada vez que se pone el semáforo en rojo y comienzan su espectáculo.
Son dos.
Con rastas, visten cómodo, mil pulseras, algún tatuaje, y el moreno albañil de pasar mil horas bajo un sol abrasador o un frío de mil pares. Son de esas personas, que los etiquetadores, a simple vista y porque sí, dicen "llevan pintas", frase que lleva a la asociación mental de "vagos y maleantes".
A veces llevan una nevera, con bocatas envueltos en papel albal, y agua, descansan rápido, y siempre están hablando, riendo, compartiendo.
Son educados, responden siempre, y cuando te paras a hablar con ellos, sus palabras hablan de esfuerzo, y sacrificio, aunque el 99% de los coches que les vean, y cuando pasan el sombrero, les digan no, o suban el cristal como quien ve al diablo.
Pueden con todo y con todos.
Hace unos días, vinieron seis personas a "okupar" su paso de cebra. Cuatro chicos y dos chicas, con un montón de cervezas en esos packs de ambar; les invitaron a marcharse.
Nuestros chicos, cambiaron de paso de cebra, pero también les dijeron que "allí tampoco, chatos" eso es nuestro. Propiedad privada y tal, no nos vamos a joder entre nosotros, colega, eso sí, vosotros piraros del sitio que os habéis currado durante meses. "Así es la vida, tío".
A los nuevos inquilinos, no se les veía a primera hora de la mañana, y cuando pasaba a mediodía, siempre estaban bebiendo cervezas, salía uno a dar el espectáculo -pobre, por cierto-, mientras los otros 5 miraban y se descojonaban de quien sea, fuera un niño que pasaba o una señora. Ni buenos días, ni sonrisas, ni alegría, ni ganas. Conmigo o contra mí.
Ni respeto, ni educación.
Duraron poco. A los 10 días, volví a ver a nuestros amigos. No sé sus nombres. Pero bien podrían ser "tesón y alegría".
Dan los buenos días, y las buenas tardes felices, viven en una pensión me contaron, la vida, sus padres, la familia, pocas ganas de estudiar y mucho de descubrir, les llevó de Madrid al cielo, como dicen ellos.
Aprendieron a hacer malabares porque querían subsistir, querían hacer algo en lo que fueran verdaderamente buenos, y sin tener ni idea, hace unos años se pusieron a ello. Juntos. Descubrir mundo y vida.
Van a pruebas de circo de las inmediaciones, con su pack de mazas, bolos y chisteras. No hemos tenido suerte en eso -dicen- pero disfrutan del mientras lo consiguen. Lo exprimen cada día.
Queda gente genial ahí fuera, gente que te enseña todos los días, gente con la que merece la pena encontrarte y disfrutar, aunque sólo puedas 5 minutos en un paso de cebra o en un callejón.
Personas geniales.
Cuando salgo a las 7.45 de la mañana, ya están allí. No conocen los fines de semana, ni los festivos.
Al pasar a mediodía, haga un sol de justicia, o no, también están allí. Hasta que el sol se pone, allí andan con sus mazas, sus bolas y haciendo malabares.
Me encanta como afrontan cada día, cada mañana, con unos buenos días acompañados de una sonrisa enorme cada vez que se pone el semáforo en rojo y comienzan su espectáculo.
Son dos.
Con rastas, visten cómodo, mil pulseras, algún tatuaje, y el moreno albañil de pasar mil horas bajo un sol abrasador o un frío de mil pares. Son de esas personas, que los etiquetadores, a simple vista y porque sí, dicen "llevan pintas", frase que lleva a la asociación mental de "vagos y maleantes".
A veces llevan una nevera, con bocatas envueltos en papel albal, y agua, descansan rápido, y siempre están hablando, riendo, compartiendo.
Son educados, responden siempre, y cuando te paras a hablar con ellos, sus palabras hablan de esfuerzo, y sacrificio, aunque el 99% de los coches que les vean, y cuando pasan el sombrero, les digan no, o suban el cristal como quien ve al diablo.
Pueden con todo y con todos.
Hace unos días, vinieron seis personas a "okupar" su paso de cebra. Cuatro chicos y dos chicas, con un montón de cervezas en esos packs de ambar; les invitaron a marcharse.
Nuestros chicos, cambiaron de paso de cebra, pero también les dijeron que "allí tampoco, chatos" eso es nuestro. Propiedad privada y tal, no nos vamos a joder entre nosotros, colega, eso sí, vosotros piraros del sitio que os habéis currado durante meses. "Así es la vida, tío".
A los nuevos inquilinos, no se les veía a primera hora de la mañana, y cuando pasaba a mediodía, siempre estaban bebiendo cervezas, salía uno a dar el espectáculo -pobre, por cierto-, mientras los otros 5 miraban y se descojonaban de quien sea, fuera un niño que pasaba o una señora. Ni buenos días, ni sonrisas, ni alegría, ni ganas. Conmigo o contra mí.
Ni respeto, ni educación.
Duraron poco. A los 10 días, volví a ver a nuestros amigos. No sé sus nombres. Pero bien podrían ser "tesón y alegría".
Dan los buenos días, y las buenas tardes felices, viven en una pensión me contaron, la vida, sus padres, la familia, pocas ganas de estudiar y mucho de descubrir, les llevó de Madrid al cielo, como dicen ellos.
Aprendieron a hacer malabares porque querían subsistir, querían hacer algo en lo que fueran verdaderamente buenos, y sin tener ni idea, hace unos años se pusieron a ello. Juntos. Descubrir mundo y vida.
Van a pruebas de circo de las inmediaciones, con su pack de mazas, bolos y chisteras. No hemos tenido suerte en eso -dicen- pero disfrutan del mientras lo consiguen. Lo exprimen cada día.
Queda gente genial ahí fuera, gente que te enseña todos los días, gente con la que merece la pena encontrarte y disfrutar, aunque sólo puedas 5 minutos en un paso de cebra o en un callejón.
Personas geniales.
jueves, 20 de septiembre de 2012
37 veranos...
Hoy es mi cumpleaños... Plas, plas... :)
37 veranos. Ahí es nada.
Es inevitable echar la vista atrás, saborear lo vivido - que son millones- y seguir teniendo la ilusión del presente y del día que está por llegar.
No hay caminos fáciles, la vida no es eso. La vida es saborear lo que vives, exprimir, paladear lenta y tranquilamente a los que tienes cerca y a veces toca remar.
Soy un tipo con suerte, una familia espectacular, no me canso de gritar al mundo que tengo a los mejores padres, de esos que están a todas, que te apoyan, que escuchan, que dan un amor desbordante, donde el respeto y la confianza se puede tocar. Son un regalo, y así los vivo cada día.
Dos hermanos - Iñigo y Maider- ejemplo de un montón de cosas, virtudes que se demuestran cada día; generosidad, paciencia, cariño... están ahí, siempre.
La historia de la vida de cada uno se forja con lo que haces cada día y seguro que me he confundido muchas veces. Pido perdón a quien haya podido causar daño. Seré mejor, lo prometo. :)
Queda por delante un camino genial y seguro que a veces duro, pero en esas estamos hoy, cumpliendo veranos y sonriendo al horizonte por todo lo vivido y aprendido, y por lo mucho que nos queda por vivir.
Recordaba ayer cuando era un enano, y veía estas edades como imposibles de llegar, donde debía estar todo ya hecho, viejo, y yo que sé cuantas locuras más.
A l@s amig@s, a tod@s, gracias también por estar ahí, por darme esos trocitos impresionantes de vuestras vidas y arrimar hombro y risa.
Qué grande es esto de cumplir años rodeado de la gente que quieres y te quieren, qué grande es esto de saber que tienes la oportunidad, que puedes decidir vivir una experiencia nueva cada día.
Evolucionamos, dicen, otros hablan de "nos hacemos mayores"... bah... no lo creo si sirve como excusa para conformarte.
Creo en seguir aprendiendo, intentar dar todo lo bueno, en bailar, luchar por lo que amas, en la sonrisa y que si hay que llorar, sea de alegría.
Qué gran invento es esto de la vida!! :)
37 veranos. Ahí es nada.
Es inevitable echar la vista atrás, saborear lo vivido - que son millones- y seguir teniendo la ilusión del presente y del día que está por llegar.
No hay caminos fáciles, la vida no es eso. La vida es saborear lo que vives, exprimir, paladear lenta y tranquilamente a los que tienes cerca y a veces toca remar.
Soy un tipo con suerte, una familia espectacular, no me canso de gritar al mundo que tengo a los mejores padres, de esos que están a todas, que te apoyan, que escuchan, que dan un amor desbordante, donde el respeto y la confianza se puede tocar. Son un regalo, y así los vivo cada día.
Dos hermanos - Iñigo y Maider- ejemplo de un montón de cosas, virtudes que se demuestran cada día; generosidad, paciencia, cariño... están ahí, siempre.
La historia de la vida de cada uno se forja con lo que haces cada día y seguro que me he confundido muchas veces. Pido perdón a quien haya podido causar daño. Seré mejor, lo prometo. :)
Queda por delante un camino genial y seguro que a veces duro, pero en esas estamos hoy, cumpliendo veranos y sonriendo al horizonte por todo lo vivido y aprendido, y por lo mucho que nos queda por vivir.
Recordaba ayer cuando era un enano, y veía estas edades como imposibles de llegar, donde debía estar todo ya hecho, viejo, y yo que sé cuantas locuras más.
A l@s amig@s, a tod@s, gracias también por estar ahí, por darme esos trocitos impresionantes de vuestras vidas y arrimar hombro y risa.
Qué grande es esto de cumplir años rodeado de la gente que quieres y te quieren, qué grande es esto de saber que tienes la oportunidad, que puedes decidir vivir una experiencia nueva cada día.
Evolucionamos, dicen, otros hablan de "nos hacemos mayores"... bah... no lo creo si sirve como excusa para conformarte.
Creo en seguir aprendiendo, intentar dar todo lo bueno, en bailar, luchar por lo que amas, en la sonrisa y que si hay que llorar, sea de alegría.
Qué gran invento es esto de la vida!! :)
lunes, 27 de agosto de 2012
Fuegos Artificiales
Fue en Donosti hace tan sólo 10 días.
Se pusieron pegados a mí. De esas parejas, que en cuanto las ves dices "pegan mogollón".
Era inevitable -al menos para mí- no fijarse en ellos.
Llegaron sonriendo, con miradas cómplices, dispuestos a pasar una gran aventura, -otra juntos- y soñar de nuevo despiertos.
Comenzaron los fuegos, ella le agarraba por detrás, fuerte, con la sonrisa iluminada, le daba besos con una dulzura increíble.
Los fuegos salían a borbotones, preciosos, mágicos, las luces iban cayendo y escuché "mira, preciosa, estos fuegos son para ti", ella rebosante de luz, de ese amor que se nota enseguida cuando alguien lo tiene; respondió un "gracias mi vida" sabiendo que a quien estaba agarrando, movería el mundo por ella, el hombre de su vida.
Después le cogió él, empezaba el estruendo, y ella se asustaba un poco, le cogía fuerte, no iba a dejar que nada nunca le asustara y siempre estaría allí... le susurró un "te amo" mientras sonreía, feliz, con la plenitud de saberse al lado de la mujer de su vida.
Aplaudieron despacio, queriendo parar el tiempo, se miraban sonriendo, felices, buscándose las manos desesperadamente.
Se fueron lentamente, mirándose, orgullosos de poder gritar al mundo que si esa fuera la última noche de este mundo, estaban con quien querían estar. Seguro.
Hoy me he acordado de ellos. He pensado en si se dan cuenta de lo que tienen. Si en esta brava vida, loca vida, encontrarán el modo de continuar dando rienda a lo que sienten.
He pensado en ell@s, viendo como alguien caía en la trampa de la estampida, viendo como el mundo, parejas que todos conocemos, pasan sin pena ni gloria, y ven suceder los días uno tras otro, con millones de cosas y sin amor en el alma, ése que te come en la tripa, que te da la vida, te la ilumina.
No me podré olvidar de los ojos de los dos, del apretar fuerte, de esas palabras, de los hechos y gestos... No quiero olvidarme de que se puede y se debe llegar a tanto.
Ojalá les pudiera decir, desde aquí, el orgullo y la impresión que causan, la sana envidia del querer de una forma tan brutal que no necesitarán nada más, nadie más que el uno al otro.
Que esta loca vida no les deje olvidar lo que sienten ni dejen de luchar por lo que aman, eso les pido. Que luchen.
Se pusieron pegados a mí. De esas parejas, que en cuanto las ves dices "pegan mogollón".
Era inevitable -al menos para mí- no fijarse en ellos.
Llegaron sonriendo, con miradas cómplices, dispuestos a pasar una gran aventura, -otra juntos- y soñar de nuevo despiertos.
Comenzaron los fuegos, ella le agarraba por detrás, fuerte, con la sonrisa iluminada, le daba besos con una dulzura increíble.
Los fuegos salían a borbotones, preciosos, mágicos, las luces iban cayendo y escuché "mira, preciosa, estos fuegos son para ti", ella rebosante de luz, de ese amor que se nota enseguida cuando alguien lo tiene; respondió un "gracias mi vida" sabiendo que a quien estaba agarrando, movería el mundo por ella, el hombre de su vida.
Después le cogió él, empezaba el estruendo, y ella se asustaba un poco, le cogía fuerte, no iba a dejar que nada nunca le asustara y siempre estaría allí... le susurró un "te amo" mientras sonreía, feliz, con la plenitud de saberse al lado de la mujer de su vida.
Aplaudieron despacio, queriendo parar el tiempo, se miraban sonriendo, felices, buscándose las manos desesperadamente.
Se fueron lentamente, mirándose, orgullosos de poder gritar al mundo que si esa fuera la última noche de este mundo, estaban con quien querían estar. Seguro.
Hoy me he acordado de ellos. He pensado en si se dan cuenta de lo que tienen. Si en esta brava vida, loca vida, encontrarán el modo de continuar dando rienda a lo que sienten.
He pensado en ell@s, viendo como alguien caía en la trampa de la estampida, viendo como el mundo, parejas que todos conocemos, pasan sin pena ni gloria, y ven suceder los días uno tras otro, con millones de cosas y sin amor en el alma, ése que te come en la tripa, que te da la vida, te la ilumina.
No me podré olvidar de los ojos de los dos, del apretar fuerte, de esas palabras, de los hechos y gestos... No quiero olvidarme de que se puede y se debe llegar a tanto.
Ojalá les pudiera decir, desde aquí, el orgullo y la impresión que causan, la sana envidia del querer de una forma tan brutal que no necesitarán nada más, nadie más que el uno al otro.
Que esta loca vida no les deje olvidar lo que sienten ni dejen de luchar por lo que aman, eso les pido. Que luchen.
martes, 21 de agosto de 2012
Aquí estoy de nuevo!!
Rectificar (y más con tanto público) no es fácil. Hace falta valentía y olvidarse del orgullo, pensando no sólo que hay mucha gente que te ha pedido que vuelvas al blog (muchísimas gracias a tod@s!!) si no, que esto, con sólo lo que me contáis enriquece un montón. Me encanta. :)
Así que aquí estoy. De vuelta. Verano movidito este. Y no por haber dado muchas vueltas, que el tema no está para eso, si no de crecer, de aprender de verdad, con mayúsculas.
Ocurren cosas en la vida donde a la gente se le pone a prueba. Se nos pone a prueba, ésas en las que tienes que darte al 100% demostrar valor, coraje, nobleza, generosidad y palabra.
La personalidad de cada uno, la decisión, esos momentos en los que te puedes mirar orgullos@ al espejo se forjan cada día. Y a la persona se nos mide por las acciones. Lo bueno de todo esto, es que el poder, el verdadero poder y la solución la tienes tú.
Reglas de Oro:
1º Tu vida la eliges tú. Nadie te pide explicaciones sobre las suyas, no las des sobre la tuya.
2º Sé generos@. En una relación familiar, de amistad o de pareja, no valen las medias tintas, lucha por ti y por la persona que amas.
3º No uses a la gente.
4º Este minuto no vuelve. Exprimir la vida haciendo lo que sientes, no lo que los demás quieren que sientas.
5º No te autoengañes. No busques excusas para no hacer lo que vives, lo que sueñas.
6º Di te quiero sólo si lo sientes, te amo si amas de verdad, cuando tienes el alma en la tripa y se te ilumina la vida. Hace poco escuché que decir te quiero o te echo de menos son frases hechas, (increíble, eh?)
7º Enseña a la gente como eres, sé realmente inteligente y generos@, puede que se estén perdiendo a alguien mucho más espectacular. Déjales verlo!!
8º Cuida a tus amig@s. Ten al menos un@ amig@ que sea como tu hermano, que puedas contarle todo (hasta las miserias) y sea justo, claro y honesto, lo mismo que tú.
9º Di siempre a tod@s lo que sientes. Abraza, besa, envia watshapp, mensajea, pero no te vayas a la cama sin expresar lo que vives. En esta vida sólo vas a estar una vez.
10º Nos hacemos mayores, y eso requiere responsabilidades, acéptalas. Peter Pan está genial para el sueño de vivir locamente algo real.
La mayor responsabilidad que tenemos todos, es ésa en la que un día girarás la cabeza viendo todo lo que has hecho, y puedas decir: "Fui yo".
El poder es tuyo, y siempre puedes rectificar, eso es lo grande. Escuchad a quien demuestra rectificar de verdad, da lo que te gustaría recibir. Todos nos confundimos, pocos rectifican.
Vuelvo con fuerza, ya véis, sed honestos en vuestros sentimientos, luchad por lo que amáis, tenéis el poder, el poder de decidir vuestra vida!!
Vividla!! TODO, A TOPE, SIEMPRE.
Así que aquí estoy. De vuelta. Verano movidito este. Y no por haber dado muchas vueltas, que el tema no está para eso, si no de crecer, de aprender de verdad, con mayúsculas.
Ocurren cosas en la vida donde a la gente se le pone a prueba. Se nos pone a prueba, ésas en las que tienes que darte al 100% demostrar valor, coraje, nobleza, generosidad y palabra.
La personalidad de cada uno, la decisión, esos momentos en los que te puedes mirar orgullos@ al espejo se forjan cada día. Y a la persona se nos mide por las acciones. Lo bueno de todo esto, es que el poder, el verdadero poder y la solución la tienes tú.
Reglas de Oro:
1º Tu vida la eliges tú. Nadie te pide explicaciones sobre las suyas, no las des sobre la tuya.
2º Sé generos@. En una relación familiar, de amistad o de pareja, no valen las medias tintas, lucha por ti y por la persona que amas.
3º No uses a la gente.
4º Este minuto no vuelve. Exprimir la vida haciendo lo que sientes, no lo que los demás quieren que sientas.
5º No te autoengañes. No busques excusas para no hacer lo que vives, lo que sueñas.
6º Di te quiero sólo si lo sientes, te amo si amas de verdad, cuando tienes el alma en la tripa y se te ilumina la vida. Hace poco escuché que decir te quiero o te echo de menos son frases hechas, (increíble, eh?)
7º Enseña a la gente como eres, sé realmente inteligente y generos@, puede que se estén perdiendo a alguien mucho más espectacular. Déjales verlo!!
8º Cuida a tus amig@s. Ten al menos un@ amig@ que sea como tu hermano, que puedas contarle todo (hasta las miserias) y sea justo, claro y honesto, lo mismo que tú.
9º Di siempre a tod@s lo que sientes. Abraza, besa, envia watshapp, mensajea, pero no te vayas a la cama sin expresar lo que vives. En esta vida sólo vas a estar una vez.
10º Nos hacemos mayores, y eso requiere responsabilidades, acéptalas. Peter Pan está genial para el sueño de vivir locamente algo real.
La mayor responsabilidad que tenemos todos, es ésa en la que un día girarás la cabeza viendo todo lo que has hecho, y puedas decir: "Fui yo".
El poder es tuyo, y siempre puedes rectificar, eso es lo grande. Escuchad a quien demuestra rectificar de verdad, da lo que te gustaría recibir. Todos nos confundimos, pocos rectifican.
Vuelvo con fuerza, ya véis, sed honestos en vuestros sentimientos, luchad por lo que amáis, tenéis el poder, el poder de decidir vuestra vida!!
Vividla!! TODO, A TOPE, SIEMPRE.
martes, 19 de junio de 2012
El Harakiri
Ponerte delante del dichoso bicho - la tele- y ver las noticias, es hacerte un harakiri cada día. Leer la prensa, escuchar la radio es una top ten de malas noticias una detrás de otra, que cualquier día anunciará Fernandisco como si fuera del 40 al 1.
A ver quien la tiene más grande. La noticia, me refiero, a ver quien y cómo pueden anunciarlo y contarlo para que la mínima expresión del oyente o televidente sea un "joder!". Estoy viendo a los periodistas editando sus textos, haciendo una porra por quien va a poner el mejor titular de la noticia y aparecer como "el más leído" o "compartido".
Pensar que todos nos cuentan lo mismo y de la misma forma, es como si creyéramos que dos profesores de HIstoria van a ser igual de buenos o malos profesores, o que dos Trainers impartiendo la misma formación van a transmitir lo mismo. Mentira. Aquí, como en todo, hay un montón de intereses, y también un mucho de poca profesionalidad.
No se dan cuenta, quienes nos cuentan la historia cada día, que cada mala noticia, hace mella en ellos, en su familia, en su círculo económico y social,
No hace falta pensar mucho: los mejores estudios psicológicos acerca de las reacciones humanas son claras. Una sensación negativa dura en el cerebro, y por tanto en el ánimo y en el comportamiento, aproximadamente 90 minutos. Una sensación positiva, unos 30.
Ahora bien, queridos periodistas, políticos, tertulianos y demás mentes brillantes, ¿Qué crees que sienten quienes os escuchan y ven? Quienes os escuchan y ven también son los señores que contratan, esos que tienen las PYMES en España, autónomos, responsables de RRHH y mueven el 80% de la riqueza y del empleo en este país. Te recuerdo que se ha levantado por la mañana escuchando el top ten de malas noticias, de crisis, de paro, de primas de riesgo, de puntos básicos y crecimiento del paro. Que se va a pasar todo el día escuchando, leyendo y oliendo a armagedon. ¿Crees que va a decir, "venga, que todo el mundo se confunde, voy a contratar a personas para llevar a cabo esta idea o esa línea de negocio"?. ¿Sí?
Quiero que reflexionéis. Que os pongáis en la situación real, la de verdad de las personas. Que creer se hace con mayúsculas, que una buena noticia, o una mejorable bien contada, llama al entendimiento, al buen rollo, a la actitud de querer levantarse, a que esa sensación positiva en el cerebro humano dure las 24 horas.
Si los que tienen el poder de verdad - los medios de comunicación- no quieren ponerse del lado de quienes les escuchan, les pagan y les ven, por responsabilidad, terminarán viendo y escuchando un día como anuncian con estadísticas que el paro ha subido, que la empresa cierran, y uno de esos parados serás tú, y la empresa cerrada, la tuya.
Sólo tengo una pregunta. ¿De verdad quieres levantar esto?.
Sé responsable, sé inteligente.
A ver quien la tiene más grande. La noticia, me refiero, a ver quien y cómo pueden anunciarlo y contarlo para que la mínima expresión del oyente o televidente sea un "joder!". Estoy viendo a los periodistas editando sus textos, haciendo una porra por quien va a poner el mejor titular de la noticia y aparecer como "el más leído" o "compartido".
Pensar que todos nos cuentan lo mismo y de la misma forma, es como si creyéramos que dos profesores de HIstoria van a ser igual de buenos o malos profesores, o que dos Trainers impartiendo la misma formación van a transmitir lo mismo. Mentira. Aquí, como en todo, hay un montón de intereses, y también un mucho de poca profesionalidad.
No se dan cuenta, quienes nos cuentan la historia cada día, que cada mala noticia, hace mella en ellos, en su familia, en su círculo económico y social,
No hace falta pensar mucho: los mejores estudios psicológicos acerca de las reacciones humanas son claras. Una sensación negativa dura en el cerebro, y por tanto en el ánimo y en el comportamiento, aproximadamente 90 minutos. Una sensación positiva, unos 30.
Ahora bien, queridos periodistas, políticos, tertulianos y demás mentes brillantes, ¿Qué crees que sienten quienes os escuchan y ven? Quienes os escuchan y ven también son los señores que contratan, esos que tienen las PYMES en España, autónomos, responsables de RRHH y mueven el 80% de la riqueza y del empleo en este país. Te recuerdo que se ha levantado por la mañana escuchando el top ten de malas noticias, de crisis, de paro, de primas de riesgo, de puntos básicos y crecimiento del paro. Que se va a pasar todo el día escuchando, leyendo y oliendo a armagedon. ¿Crees que va a decir, "venga, que todo el mundo se confunde, voy a contratar a personas para llevar a cabo esta idea o esa línea de negocio"?. ¿Sí?
Quiero que reflexionéis. Que os pongáis en la situación real, la de verdad de las personas. Que creer se hace con mayúsculas, que una buena noticia, o una mejorable bien contada, llama al entendimiento, al buen rollo, a la actitud de querer levantarse, a que esa sensación positiva en el cerebro humano dure las 24 horas.
Si los que tienen el poder de verdad - los medios de comunicación- no quieren ponerse del lado de quienes les escuchan, les pagan y les ven, por responsabilidad, terminarán viendo y escuchando un día como anuncian con estadísticas que el paro ha subido, que la empresa cierran, y uno de esos parados serás tú, y la empresa cerrada, la tuya.
Sólo tengo una pregunta. ¿De verdad quieres levantar esto?.
Sé responsable, sé inteligente.
viernes, 15 de junio de 2012
My way
Siempre me gustó esta canción. A mi manera.
Habla de un tipo que en sus últimas horas quiere decirle a un buen amigo suyo que ha sido de su vida, los aciertos y los errores.
Termina con una frase demoledora: "¿Qué es un hombre si no se tiene a sí mismo?".
La estaba escuchando hoy, tocan esos días en los que uno sólo quiere escuchar música tranquila, reflexionar y parar un poco en esta brava mar. Disfrutar.
Un día no estaremos aquí. Piénsalo bien. Te lo repito: Un día no estaremos aquí, y además no sabes cuándo ni cómo dejarás de estar.
Me parece una razón brutal para exprimir cada minuto, cada segundo que tenemos aquí. LLama a tu gente, escúchales, da los abrazos que quieres dar, llora si se tercia, y sonríe, sonríe fuerte, amigo.
Somos importantes para muchas personas, tú eres importante, yo soy importante. No podemos rendirnos, hoy en día es un lujo casi todo lo que tienes, y estoy hablando de la familia, de los amigos, de los tuyos. No te puedes fallar.
Tener un mal día es normal. Tener dos es vicio.
Piensa tus respuestas, las reacciones, piensa en grande.
Que tu manera - my way - sea la de estar cerca de todos, la de la alegría y la amistad a quien se lo merece, aléjate de cotillas y gente interesada, baila, vete al campo, báñate de sol y lluvia, canta por la calle, deja que te miren, guiña ese precioso ojo, brinda por la vida, y devuelve esa llamada.
Sé tú.
si quieres escuchar la canción traducida:
My way Elvis
Habla de un tipo que en sus últimas horas quiere decirle a un buen amigo suyo que ha sido de su vida, los aciertos y los errores.
Termina con una frase demoledora: "¿Qué es un hombre si no se tiene a sí mismo?".
La estaba escuchando hoy, tocan esos días en los que uno sólo quiere escuchar música tranquila, reflexionar y parar un poco en esta brava mar. Disfrutar.
Un día no estaremos aquí. Piénsalo bien. Te lo repito: Un día no estaremos aquí, y además no sabes cuándo ni cómo dejarás de estar.
Me parece una razón brutal para exprimir cada minuto, cada segundo que tenemos aquí. LLama a tu gente, escúchales, da los abrazos que quieres dar, llora si se tercia, y sonríe, sonríe fuerte, amigo.
Somos importantes para muchas personas, tú eres importante, yo soy importante. No podemos rendirnos, hoy en día es un lujo casi todo lo que tienes, y estoy hablando de la familia, de los amigos, de los tuyos. No te puedes fallar.
Tener un mal día es normal. Tener dos es vicio.
Piensa tus respuestas, las reacciones, piensa en grande.
Que tu manera - my way - sea la de estar cerca de todos, la de la alegría y la amistad a quien se lo merece, aléjate de cotillas y gente interesada, baila, vete al campo, báñate de sol y lluvia, canta por la calle, deja que te miren, guiña ese precioso ojo, brinda por la vida, y devuelve esa llamada.
Sé tú.
si quieres escuchar la canción traducida:
My way Elvis
martes, 8 de mayo de 2012
1938
La noche fue agotadora. Los bombardeos eran constantes. Unas trincheras inesperadas hechas como se pudo y allí estaba yo. Miraba alrededor de los míos, ésos que empezaron conmigo esta guerra inmunda.
A nuestra espalda, el monte que daba paso a nuestro pueblo, nuestras casas, nuestro hogar. Menos de cien hombres defendiendo un ataque muchísimo más potente que el nuestro. Ya no recuerdo nuestra bandera, recuerdo a mis compañeros. Recuerdo el sudor, el miedo que sobrecoge y levantas, el olor de la tierra y la cara llena de polvo y barro.
Los zumbidos de los proyectiles y las granadas. Las balas silbando alrededor; rezas para que le vaya a otro, pero cuando cae un hermano algo de ti muere, y a veces quieres ser él.
Amanece demasiado temprano cuando tu obligación es matar o morir en ello. Nuestro Capitán, un borracho listo, ordenó que salieran dos patrullas para realizar reconocimiento. Voluntarios forzosos. Yo estaba al mando de una de ellas formada por nueve hombres.
Avanzamos despacio, seguros, hasta menos de doscientos metros del enemigo. En esos momentos, hasta el volar de un pájaro parece que te delate, quieres que el mundo pare y calle. Aprietas dientes, agarras fuerte el fusil, encomendándote a su fuerza y poder. Lo haces por los tuyos, por el pueblo que dejas atrás, te dices. No es cierto del todo, lo hago por mí. No quiero que esos cabrones maten, violen y destruyan todo cuanto amo.
Recuerdo a mi mujer y mis dos hijas. Hubiera cometido traición por poder darles un último abrazo y unas palabras que nunca dije antes de partir hace siete días. No lo hice.
Esperamos casi media hora a que nos dieran la señal desde nuestro puesto para seguir avanzando. En el suelo, cuerpo a tierra, comiendo tierra y sangre.
Avancé el primero. Siempre fui un loco con cojones. LLevaba ocho o diez metros, cuando ví el hueco de un socavón amplio, profundo y decidí meterme. Era tan profundo que había partes de el en completa oscuridad. Me fui arrastrando poco a poco, con el casco ladeado y el fusil por delante. Era más profundo de lo que pensé en un inició, así que resbalé más de metro y medio hacia el fondo.
Se hizo la luz. Aquel rostro se acercó y me miró despacio. "Jose", me dijo. Mi miedo pasó a ser horror, mil lágrimas porque de repente me di cuenta de la infamia de una guerra que te enfrenta a un amigo, del que además, temes que pueda matarte.
Era Pedro. Me apuntaba con su fusil temblando, se limpiaba el sudor y la tierra de sus ojos.
Yo estaba a sus pies. Mi vida en sus manos.
Segundos de silencio, de pavor, hasta que bajó su arma. Y se tiró al suelo llorando, con la cabeza entre sus rodillas, llorando en silencio para no delatarme.
Ordené como pude a mis hombres que se retiraran y comunicaran al Capitán que un ataque durante ese día sería un suicidio.
Me dio agua, me tocó el hombro, me miró como quien mira a un amigo, y sin decir nada, se fue.
Yo volví a casa, con mi mujer y mis hijas, y poder susurrarles lo mucho que les quería y lo más que les necesitaba. Hoy, setenta y cuatro años más tarde, soy abuelo de 3 nietos fantásticos y tengo la oportunidad de poder contar una verdadera historia de amistad, de guerra y lucha, pero también de honor y familia a gente como tú, para que no olvides nunca lo que supone una guerra.
Pierden todos. Siempre.
A nuestra espalda, el monte que daba paso a nuestro pueblo, nuestras casas, nuestro hogar. Menos de cien hombres defendiendo un ataque muchísimo más potente que el nuestro. Ya no recuerdo nuestra bandera, recuerdo a mis compañeros. Recuerdo el sudor, el miedo que sobrecoge y levantas, el olor de la tierra y la cara llena de polvo y barro.
Los zumbidos de los proyectiles y las granadas. Las balas silbando alrededor; rezas para que le vaya a otro, pero cuando cae un hermano algo de ti muere, y a veces quieres ser él.
Amanece demasiado temprano cuando tu obligación es matar o morir en ello. Nuestro Capitán, un borracho listo, ordenó que salieran dos patrullas para realizar reconocimiento. Voluntarios forzosos. Yo estaba al mando de una de ellas formada por nueve hombres.
Avanzamos despacio, seguros, hasta menos de doscientos metros del enemigo. En esos momentos, hasta el volar de un pájaro parece que te delate, quieres que el mundo pare y calle. Aprietas dientes, agarras fuerte el fusil, encomendándote a su fuerza y poder. Lo haces por los tuyos, por el pueblo que dejas atrás, te dices. No es cierto del todo, lo hago por mí. No quiero que esos cabrones maten, violen y destruyan todo cuanto amo.
Recuerdo a mi mujer y mis dos hijas. Hubiera cometido traición por poder darles un último abrazo y unas palabras que nunca dije antes de partir hace siete días. No lo hice.
Esperamos casi media hora a que nos dieran la señal desde nuestro puesto para seguir avanzando. En el suelo, cuerpo a tierra, comiendo tierra y sangre.
Avancé el primero. Siempre fui un loco con cojones. LLevaba ocho o diez metros, cuando ví el hueco de un socavón amplio, profundo y decidí meterme. Era tan profundo que había partes de el en completa oscuridad. Me fui arrastrando poco a poco, con el casco ladeado y el fusil por delante. Era más profundo de lo que pensé en un inició, así que resbalé más de metro y medio hacia el fondo.
Se hizo la luz. Aquel rostro se acercó y me miró despacio. "Jose", me dijo. Mi miedo pasó a ser horror, mil lágrimas porque de repente me di cuenta de la infamia de una guerra que te enfrenta a un amigo, del que además, temes que pueda matarte.
Era Pedro. Me apuntaba con su fusil temblando, se limpiaba el sudor y la tierra de sus ojos.
Yo estaba a sus pies. Mi vida en sus manos.
Segundos de silencio, de pavor, hasta que bajó su arma. Y se tiró al suelo llorando, con la cabeza entre sus rodillas, llorando en silencio para no delatarme.
Ordené como pude a mis hombres que se retiraran y comunicaran al Capitán que un ataque durante ese día sería un suicidio.
Me dio agua, me tocó el hombro, me miró como quien mira a un amigo, y sin decir nada, se fue.
Yo volví a casa, con mi mujer y mis hijas, y poder susurrarles lo mucho que les quería y lo más que les necesitaba. Hoy, setenta y cuatro años más tarde, soy abuelo de 3 nietos fantásticos y tengo la oportunidad de poder contar una verdadera historia de amistad, de guerra y lucha, pero también de honor y familia a gente como tú, para que no olvides nunca lo que supone una guerra.
Pierden todos. Siempre.
jueves, 3 de mayo de 2012
Brindando por la vida
Claro que vienen duras, y no va a ser por ese tópico de que si no, no apreciaríamos las maduras, o el tiene que haber de todo.
La cagamos. Nos confundimos. Faltaría más. Además, aunque nosotros no lo hiciéramos - imposible, repito- alguien de nuestro alrededor lo haría, y todo, como ahora, nos termina afectando.
A la teoría de los seis grados, ésa que defiende que en no menos de seis grados todas las personas del mundo nos conocemos, yo le pondría un par de comas y un par de puntos.
Estamos esperando a conocer a Erik Browinzski de Noruega, por ejemplo, y la realidad es que en tus seis grados reales, esos de todos los días; tus amigos, tu familia, tus compañeros de trabajo, conocidos, en todos esos ocurren mil cosas todos los días que no te has parado a conocer ni a pensar. Vagos para cuidar.
Que va, lo emocionante es tener algo en común con el tal Erik, estar agilipollados delante del ordenador mientras, probablemente, sepas o creas saber que a alguien de tus seis grados de verdad, le vendría bien un café, un paseo, una coca cola o una llamadita.
Seis grados de estupidez. Seis millones de horas pendientes de lo que no toca. Seis mil millones de personas tan conectadas que se saturan y no levantan sus ojos de Ipad, móviles, tabletas, wii y gilipolleces varias.
Por eso, el otro día, un amigo que quiso saber de mí, me preguntó que hacía, y le dije la verdad, estaba con quien quería, y le pude decir, de verdad, y orgulloso, que brindando por la vida.
La cagamos. Nos confundimos. Faltaría más. Además, aunque nosotros no lo hiciéramos - imposible, repito- alguien de nuestro alrededor lo haría, y todo, como ahora, nos termina afectando.
A la teoría de los seis grados, ésa que defiende que en no menos de seis grados todas las personas del mundo nos conocemos, yo le pondría un par de comas y un par de puntos.
Estamos esperando a conocer a Erik Browinzski de Noruega, por ejemplo, y la realidad es que en tus seis grados reales, esos de todos los días; tus amigos, tu familia, tus compañeros de trabajo, conocidos, en todos esos ocurren mil cosas todos los días que no te has parado a conocer ni a pensar. Vagos para cuidar.
Que va, lo emocionante es tener algo en común con el tal Erik, estar agilipollados delante del ordenador mientras, probablemente, sepas o creas saber que a alguien de tus seis grados de verdad, le vendría bien un café, un paseo, una coca cola o una llamadita.
Seis grados de estupidez. Seis millones de horas pendientes de lo que no toca. Seis mil millones de personas tan conectadas que se saturan y no levantan sus ojos de Ipad, móviles, tabletas, wii y gilipolleces varias.
Por eso, el otro día, un amigo que quiso saber de mí, me preguntó que hacía, y le dije la verdad, estaba con quien quería, y le pude decir, de verdad, y orgulloso, que brindando por la vida.
jueves, 12 de abril de 2012
Los mayores
Vale, lo confieso. Me quedo muchas veces mirándoles. Les miro sus ojos y pienso en que podrían contar de sus vidas.
Me encantaría atreverme a preguntarles que me puede enseñar, qué historias buenas, alucinantes y no tan buenas han visto esos ojos.
Les imagino jóvenes, con treinta y tantos, en el pueblo, o en la ciudad, luchando algunos por un trozo de pan y llegando a esas antiguas casas sin televisión, sin nevera ni lavavajillas, ese teléfono en la pared, y el olor de una comida ganada de verdad con el sudor de su frente.
Me da igual los que pudieron estudiar y los que no, aquellas madres - hoy abuelas y bisabuelas - que sacrificaban mil sueños porque hoy estemos aquí disfrutando de un montón de cosas que muchas veces no apreciamos.
No sé su nombre. Estaba en aquel banco del parque sentado. Yo venía de comprar pan y periódico, uno de esos ritos domingueros que me encantan. Ahí estaba. Elegante con su boina y su chaqueta de punto, dos anillos que recuerdan a la que fue su esposa y las dos manos apoyadas en su bastón. El bastón de toda la vida, dirán muchos.
No es cierto. Hace poco que lleva bastón, él tuvo diez, y quince, treinta y cuarenta primaveras.
Miraba a los niños, madres y padres como quien hace memoria, con cierta envidia, echaba sonrisas y movía la cabeza como diciendo "juventud divino tesoro".
Me senté en su banco. Me fue mirando mientras llegaba con el descaro de quien ya, a sus ochenta y tantas primaveras bastante le importa que le pillen mirando. Faltaría más.
"Buenos días", le dije. "Buenos días, joven". Pensé en mirar si había alguien detrás mío... ;-)
Lo cierto es que después me hablaba tratándome de usted, hablamos de cosas de críos que estaban pasando allí, de la educación y alguna costumbre... escuchaba atento, como queriendo entender que pensábamos los jóvenes de ahora, cuales eran los principios, lo que nos enseñan...
Manda huevos que quien ahora trate con educación y respeto, sean los mayores a los jóvenes y no al revés, pensé.
Fijaos cuando paséis cerca de ellos, observadlos, entrar en sus ojos, y si les dedicáis una sonrisa, encontrareis un gran regalo.
Merecen mucho más que ayudas a la dependencia, -que también-, merecen mucho más que acordarnos de ellos cuando nos faltan, merecen algo que no se compra, no se vende; merecen nuestro respeto, nuestra admiración por nuestros mayores.
Otros héroes de nuestro tiempo.
Me encantaría atreverme a preguntarles que me puede enseñar, qué historias buenas, alucinantes y no tan buenas han visto esos ojos.
Les imagino jóvenes, con treinta y tantos, en el pueblo, o en la ciudad, luchando algunos por un trozo de pan y llegando a esas antiguas casas sin televisión, sin nevera ni lavavajillas, ese teléfono en la pared, y el olor de una comida ganada de verdad con el sudor de su frente.
Me da igual los que pudieron estudiar y los que no, aquellas madres - hoy abuelas y bisabuelas - que sacrificaban mil sueños porque hoy estemos aquí disfrutando de un montón de cosas que muchas veces no apreciamos.
No sé su nombre. Estaba en aquel banco del parque sentado. Yo venía de comprar pan y periódico, uno de esos ritos domingueros que me encantan. Ahí estaba. Elegante con su boina y su chaqueta de punto, dos anillos que recuerdan a la que fue su esposa y las dos manos apoyadas en su bastón. El bastón de toda la vida, dirán muchos.
No es cierto. Hace poco que lleva bastón, él tuvo diez, y quince, treinta y cuarenta primaveras.
Miraba a los niños, madres y padres como quien hace memoria, con cierta envidia, echaba sonrisas y movía la cabeza como diciendo "juventud divino tesoro".
Me senté en su banco. Me fue mirando mientras llegaba con el descaro de quien ya, a sus ochenta y tantas primaveras bastante le importa que le pillen mirando. Faltaría más.
"Buenos días", le dije. "Buenos días, joven". Pensé en mirar si había alguien detrás mío... ;-)
Lo cierto es que después me hablaba tratándome de usted, hablamos de cosas de críos que estaban pasando allí, de la educación y alguna costumbre... escuchaba atento, como queriendo entender que pensábamos los jóvenes de ahora, cuales eran los principios, lo que nos enseñan...
Manda huevos que quien ahora trate con educación y respeto, sean los mayores a los jóvenes y no al revés, pensé.
Fijaos cuando paséis cerca de ellos, observadlos, entrar en sus ojos, y si les dedicáis una sonrisa, encontrareis un gran regalo.
Merecen mucho más que ayudas a la dependencia, -que también-, merecen mucho más que acordarnos de ellos cuando nos faltan, merecen algo que no se compra, no se vende; merecen nuestro respeto, nuestra admiración por nuestros mayores.
Otros héroes de nuestro tiempo.
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lunes, 12 de marzo de 2012
Aquella camarera
Ahí está. Erguido como un palo. Sus ojos van como locos mirando las copas de los comensales de todas las mesas. Mezcla de gestos rápidos para ordenar y gestos suaves para atender.
Me levanté a ver una salón anexo del restaurante y le cazé.
Le hablaba a una compañera, le daba órdenes de una forma exhaltada, con cara asesina y dejando la lengua de Cervantes por los suelos.
La chica, asustada, apenas podía contener su mirada, cabizbaja y con la vergüenza - ella sí me vió- de saber que tienes que aguantar a un tipo así 10 ó 12 horas todos los días si quieres comer.
Me hizo pensar en varias cosas. En la cantidad de veces que piensas que una persona es tremendamente educada, detallista, amable y luego se convierte por arte de magia en un o una déspota, desde el trabajo hasta en su casa, cuando las puertas se cierran. ¿Cual es la verdadera persona? ¿La que, en busca de intereses, -generalmente económicos- se comporta de esa manera tan seductora y acogedora, o ése que en su casa o con los de su departamento y área es un déspota?
En muchas formaciones escucho "es que fuera del trabajo no soy así" "en el trabajo se cambia". No es cierto. Tú eres así. Otra cosa es que falte confianza en tu competencia, o con las personas, timidez, o demasiado hablador@... pero tú eres así.
Aquel camarero volvió a la mesa, con esa sonrisa encantadora, y dispuesto a lo que le pidiéramos.
¿Desean algo más? dijo. "Sí, por favor. Quisiera que me atendiera esa camarera" dije señalándola con el dedo. "Y le puedo preguntar por qué?. "Me alegro que me hagas esa pregunta, la verdad es que me ha atendido mejor que tú, y si no te importa, me gustaría continuar con ella". Yo le miraba a sus ojos mientras su gran sonrisa se iba apagando, su gesto se endurecía. "¿Hay algún problema? le volví a preguntar?". "No, señor".
La camarera sabía perfectamente por qué lo estaba haciendo yo, y la realidad también era que ella nos trató mejor. Ella se acercó a la mesa con una enorme sonrisa, y al servir más vino, dijo en un susurro encantador "gracias".
Podría aprender el maitre esa palabra, no le iría nada mal.
Muchos responsables de departamento, responsables de personas, olvidan que las cosas se pueden pedir de dos maneras, o mal o bien. Que la educación y las formas nunca están de más. Que reconocer a quien te hace mejor no es que sea un incentivo, es que es un imprescindible en la vida. Que los amigos y el dejarse llevar por el colegueo no es que sea injusto para los demás, es que es sinónimo de incompetencia.
Me fui de aquel restaurante dejando una buena propina a una excelente profesional, mirando al maitre serio y pensando que allá había 8-10 personas jodidas por un incompetente; que tendrán que llegar a casa reventad@s, sonreír a sus hij@s y espos@s y disimular por un plato de comida encima de la mesa.
Me levanté a ver una salón anexo del restaurante y le cazé.
Le hablaba a una compañera, le daba órdenes de una forma exhaltada, con cara asesina y dejando la lengua de Cervantes por los suelos.
La chica, asustada, apenas podía contener su mirada, cabizbaja y con la vergüenza - ella sí me vió- de saber que tienes que aguantar a un tipo así 10 ó 12 horas todos los días si quieres comer.
Me hizo pensar en varias cosas. En la cantidad de veces que piensas que una persona es tremendamente educada, detallista, amable y luego se convierte por arte de magia en un o una déspota, desde el trabajo hasta en su casa, cuando las puertas se cierran. ¿Cual es la verdadera persona? ¿La que, en busca de intereses, -generalmente económicos- se comporta de esa manera tan seductora y acogedora, o ése que en su casa o con los de su departamento y área es un déspota?
En muchas formaciones escucho "es que fuera del trabajo no soy así" "en el trabajo se cambia". No es cierto. Tú eres así. Otra cosa es que falte confianza en tu competencia, o con las personas, timidez, o demasiado hablador@... pero tú eres así.
Aquel camarero volvió a la mesa, con esa sonrisa encantadora, y dispuesto a lo que le pidiéramos.
¿Desean algo más? dijo. "Sí, por favor. Quisiera que me atendiera esa camarera" dije señalándola con el dedo. "Y le puedo preguntar por qué?. "Me alegro que me hagas esa pregunta, la verdad es que me ha atendido mejor que tú, y si no te importa, me gustaría continuar con ella". Yo le miraba a sus ojos mientras su gran sonrisa se iba apagando, su gesto se endurecía. "¿Hay algún problema? le volví a preguntar?". "No, señor".
La camarera sabía perfectamente por qué lo estaba haciendo yo, y la realidad también era que ella nos trató mejor. Ella se acercó a la mesa con una enorme sonrisa, y al servir más vino, dijo en un susurro encantador "gracias".
Podría aprender el maitre esa palabra, no le iría nada mal.
Muchos responsables de departamento, responsables de personas, olvidan que las cosas se pueden pedir de dos maneras, o mal o bien. Que la educación y las formas nunca están de más. Que reconocer a quien te hace mejor no es que sea un incentivo, es que es un imprescindible en la vida. Que los amigos y el dejarse llevar por el colegueo no es que sea injusto para los demás, es que es sinónimo de incompetencia.
Me fui de aquel restaurante dejando una buena propina a una excelente profesional, mirando al maitre serio y pensando que allá había 8-10 personas jodidas por un incompetente; que tendrán que llegar a casa reventad@s, sonreír a sus hij@s y espos@s y disimular por un plato de comida encima de la mesa.
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viernes, 2 de marzo de 2012
Tú habla, que algo queda
Como te lo cuento, tío. ¿Sabes qué...?
Así empiezan. Me harta. No me gusta.
Tod@s lo hemos hecho, y tod@s hemos sido víctima de algún rumor, pero lo cierto es que últimamente, en algunos ambientes no oigo más que a gente hablar de otras personas. De cotillear de una manera vulgar, sin saber si es cierto, tú habla, que algo queda.
Ya hace algún tiempo que decidí no hablar de nadie ni de nada que no esté completamente seguro, o que sirva para algo. Hay ocasiones que hay que hacer ejercicios para contenerse, pero todo tiene un límite.
Les escucho hablar sin saber, críticas fáciles para descojonarse de personas que no conocen, que simplemente oyen rumores que les ha dicho otra persona que tiene la misma idea que ell@s. Ninguna.
Vidas tristes, encaramadas a rutinas fáciles, con las ilusiones puestas en sobre quién podrán rajar hoy y poco más. Esperan con ansia que alguien empiece, se abre la veda. Ya hay tema de conversación.
¿De qué sirve hablar de alguien si es para criticarlo? ¿Vas a mejorar algo? ¿Es útil? Piénsalo. ¿Por qué no se lo dices a él o a ella? ¿Estás totalmente segur@ de lo que vas a decir?.
Inmadurez. Eso me parece. Ves a gente con corbata con treintaytantos reírse por estupideces que hacen daño a personas, a las que no tienen el valor de decírselo a la cara. Hipocresía en estado puro.
Les extraña cuando alguien no se ríe de sus historias, o te quedas serio. Te miran pensando que no estás en su "pomada". Supongo que deben pensar que tampoco hace daño a nadie. Y eso es lo peor de todo, hace daño, y mucho.
También es típico que cuando alguien de la "pomada" no está, hablen de ell@s. Lo bueno es que así ya sabes que cuando tú te vas, el siguiente serás tú.
Lo he recordado mirando ahora a unos tipos en el AVE cascando de un compañero al que hacían la pelota y ha cometido el tremendo error de ir a la cafetería a tomarse un café tranquilo, a leer el periódico y a intentar evadirse de quien - estoy seguro- sabe que no merecen la pena.
Lo que tienes a tu vera, en tu vida, son personas. Puedes hacer dos cosas, intentar conocerlas, entenderlas y respetarlas, o quedarte en etiquetar por que sí, en un cotilleo vulgar y triste.
Sólo te pido que recuerdes una cosa: son personas, como tú.
Así empiezan. Me harta. No me gusta.
Tod@s lo hemos hecho, y tod@s hemos sido víctima de algún rumor, pero lo cierto es que últimamente, en algunos ambientes no oigo más que a gente hablar de otras personas. De cotillear de una manera vulgar, sin saber si es cierto, tú habla, que algo queda.
Ya hace algún tiempo que decidí no hablar de nadie ni de nada que no esté completamente seguro, o que sirva para algo. Hay ocasiones que hay que hacer ejercicios para contenerse, pero todo tiene un límite.
Les escucho hablar sin saber, críticas fáciles para descojonarse de personas que no conocen, que simplemente oyen rumores que les ha dicho otra persona que tiene la misma idea que ell@s. Ninguna.
Vidas tristes, encaramadas a rutinas fáciles, con las ilusiones puestas en sobre quién podrán rajar hoy y poco más. Esperan con ansia que alguien empiece, se abre la veda. Ya hay tema de conversación.
¿De qué sirve hablar de alguien si es para criticarlo? ¿Vas a mejorar algo? ¿Es útil? Piénsalo. ¿Por qué no se lo dices a él o a ella? ¿Estás totalmente segur@ de lo que vas a decir?.
Inmadurez. Eso me parece. Ves a gente con corbata con treintaytantos reírse por estupideces que hacen daño a personas, a las que no tienen el valor de decírselo a la cara. Hipocresía en estado puro.
Les extraña cuando alguien no se ríe de sus historias, o te quedas serio. Te miran pensando que no estás en su "pomada". Supongo que deben pensar que tampoco hace daño a nadie. Y eso es lo peor de todo, hace daño, y mucho.
También es típico que cuando alguien de la "pomada" no está, hablen de ell@s. Lo bueno es que así ya sabes que cuando tú te vas, el siguiente serás tú.
Lo he recordado mirando ahora a unos tipos en el AVE cascando de un compañero al que hacían la pelota y ha cometido el tremendo error de ir a la cafetería a tomarse un café tranquilo, a leer el periódico y a intentar evadirse de quien - estoy seguro- sabe que no merecen la pena.
Lo que tienes a tu vera, en tu vida, son personas. Puedes hacer dos cosas, intentar conocerlas, entenderlas y respetarlas, o quedarte en etiquetar por que sí, en un cotilleo vulgar y triste.
Sólo te pido que recuerdes una cosa: son personas, como tú.
lunes, 27 de febrero de 2012
La Hermandad
En aquella mesa, hay mucho más que seis personas. Hay 20 años de historia, veinte años desde que nos conocemos y compartimos mundo y mucho de esto de la vida.
Miro a los ojos como quien quiere ver el reflejo de quien uno fue, y que fue creciendo, sonrío recordando tantas historias y anécdotas, pero sonrío mucho más porque aún somos capaces de juntarnos, de buscar tiempo y querer exprimirlo a tope.
Mienten - o se equivocan - quienes dicen que la gente no cambia, evolucionar es cambiar, aprender y compartir todo eso.
Les escucho queriendo grabar todo lo que ocurre, quiero saber de verdad, ellos escudriñan cada palabra del otro, nos conocemos y queremos saber de sentimientos, de esos que salen en el corazón.
Uno levanta la copa brindando con ellos como los guerreros que logran conquistar la bandera, por todo lo vivido y lo mucho que queda por vivir.
En esas estamos hoy, saboreando y sonriendo recordando a los que de una manera u otra nos han acompañado. Personas que fueron y son importantes en la vida de cada uno.
Va por ellos, pues, a la Hermandad. Gracias.
Miro a los ojos como quien quiere ver el reflejo de quien uno fue, y que fue creciendo, sonrío recordando tantas historias y anécdotas, pero sonrío mucho más porque aún somos capaces de juntarnos, de buscar tiempo y querer exprimirlo a tope.
Mienten - o se equivocan - quienes dicen que la gente no cambia, evolucionar es cambiar, aprender y compartir todo eso.
Les escucho queriendo grabar todo lo que ocurre, quiero saber de verdad, ellos escudriñan cada palabra del otro, nos conocemos y queremos saber de sentimientos, de esos que salen en el corazón.
Uno levanta la copa brindando con ellos como los guerreros que logran conquistar la bandera, por todo lo vivido y lo mucho que queda por vivir.
En esas estamos hoy, saboreando y sonriendo recordando a los que de una manera u otra nos han acompañado. Personas que fueron y son importantes en la vida de cada uno.
Va por ellos, pues, a la Hermandad. Gracias.
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viernes, 3 de febrero de 2012
Resquemor
Me cuentas mientras miras desde arriba con la mirada altiva y aprietas fuerte la mano que tú estás en otra liga, con tus gestos y tu manera de hablar me dejas claro que aún no comprendes como el mundo ha podido estar, sobrevivir sin ti, es más, tienes claro que estás en posesión de la absoluta razón y por esa misma razón apenas prestas atención.
Esa sonrisa de medio lado con los ojos medio cerrados.
Qué te van a contar a ti que no sepas... Eres el mejor. Si pudieras, te casarías contigo mismo.
Dentro de poco, te va a quedar muy poca gente a la que no quieras escuchar, muy poquitos a los que puedas hablar con esa pedantería y ese deje chulo porque la gente ya no te querrá contar. El yo, mi, me conmigo, se te está acabando, la arena se te escapa entre los dedos y en vez intentar guardar la que tienes sólo haces que mirar donde puedes coger más arena y así saciar tu avaricia.
Resquemor.:
Sentimiento causado en el ánimo por algo penoso.
Sé que lee este blog como quien intercepta un mensaje del enemigo en guerra - aunque yo no estoy en ninguna- y desde luego éste no fue el sentido cuando inicié el blog, pero si sirve también para que alguien como él reaccione, será genial.
Tiene razón en que hay otra liga, la de superarse, sacrificarse, escuchar y sentir que formas parte de las cosas que realmente quieres, pero para eso, amigo mío, haces falta tú, el de verdad.
Esa sonrisa de medio lado con los ojos medio cerrados.
Qué te van a contar a ti que no sepas... Eres el mejor. Si pudieras, te casarías contigo mismo.
Dentro de poco, te va a quedar muy poca gente a la que no quieras escuchar, muy poquitos a los que puedas hablar con esa pedantería y ese deje chulo porque la gente ya no te querrá contar. El yo, mi, me conmigo, se te está acabando, la arena se te escapa entre los dedos y en vez intentar guardar la que tienes sólo haces que mirar donde puedes coger más arena y así saciar tu avaricia.
Resquemor.:
Sentimiento causado en el ánimo por algo penoso.
Sé que lee este blog como quien intercepta un mensaje del enemigo en guerra - aunque yo no estoy en ninguna- y desde luego éste no fue el sentido cuando inicié el blog, pero si sirve también para que alguien como él reaccione, será genial.
Tiene razón en que hay otra liga, la de superarse, sacrificarse, escuchar y sentir que formas parte de las cosas que realmente quieres, pero para eso, amigo mío, haces falta tú, el de verdad.
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lunes, 9 de enero de 2012
Copy- paste
Aprietas el botón del mando a distancia, pensando en entretenerte, aprender incluso, de algo de lo que ponen en esa caja a la que hemos hecho ama y señora de nuestro salón en nuestras casas. Ellas, - las televisiones- presiden el lugar donde la mayor parte de nosotros pasamos la mayor parte de nuestras vidas cuando queremos disfrutar de hogar y familia. Ella nos alimenta y nos vigila, nos dice lo que es verdad y lo que no, y además, le creemos.
Escupe imágenes y sonidos que terminan metiéndose en un cerebro que acaba acostumbrándose al "darme todo hecho".
Uno hace zapping buscando en la TDT algún programa, peli o algo que merece la pena, mientras se encuentra a 7 ú 8 energúmen@s discutiendo acaloradamente,- poniendo la vida y las entrañas en ello - sobre si la depilación de Belén Esteban era oportuna o no. Han exprimido tanto la teta del cotilleo que ahora ya no hablan de la vida de los famosos, si no también de la vida de l@s que hablan de los famosos.
Programas de vergüenza. Una parrilla y algunos canales que uno opta por desintonizar. Ver la parrilla de la TDT es una desesperada búsqueda, es más fácil que te toque la lotería a que encuentres algo realmente entretenido, interesante o bien hecho.
Gran Hermano, Supervivientes, Sálvame diario, Sálvame de Luxe (¿?), Operación Triunfo, Granjeros, dónde estás corazón, la noria, el diario de Juana, cientos de horas, de programas...
Váyanse a la mierda, oiga.
Y es que luego pasa lo que pasa. Chavales de 16 años incapaces de decir los continentes, las capitales de provincia, o el puñetero nombre del presidente del gobierno de turno.
Y además nos da igual lo que digan los informes internacionales de PISA o cualquiera sobre la educación en nuestros país, los valores y el nivel académico.
Es mejor poner la Wii, o la PSP que aprender a leer, a sumar y restar, a jugar creciendo y aprendiendo, compartir eso con nuestros hij@s y chavales, donde va a parar.
Estamos tan ocupados... estamos tan ocupados que hemos olvidado cual es realmente nuestra principal ocupación.
Nuestros padres aprendieron a esforzarse, a tener que luchar, a aprovechar lo poco que tenían y les daba la vida para seguir adelante.
Nosotros aprovechamos nuestros avances para hacer más lerdos en menos tiempo, y vamos ganando. Hacer un copy-paste y palante. Rápido y fácil.
Los maestros, -esos que ayudan a educar y enseñan a nuestros hij@s, a nuestros sobrin@s y niet@s- han perdido cualquier esperanza de poder realizar una educación global y de verdad de la mano de sus padres. Se juegan una denuncia, y oiga, si usted no quiere educar a su hijo, yo no soy su padre o su madre. Usted verá.
Y en esas estamos hoy, en el copy-paste, hasta que un día, de repente, nos miremos todos con cara de imbéciles, nos echemos las manos a la cabeza y digamos que la culpa es del gobierno y de su plan de educación.
Todo sea ciscarnos en la madre de los demás para no querer asumir nuestras responsabilidades de abuelos, tíos o padres.
Escupe imágenes y sonidos que terminan metiéndose en un cerebro que acaba acostumbrándose al "darme todo hecho".
Uno hace zapping buscando en la TDT algún programa, peli o algo que merece la pena, mientras se encuentra a 7 ú 8 energúmen@s discutiendo acaloradamente,- poniendo la vida y las entrañas en ello - sobre si la depilación de Belén Esteban era oportuna o no. Han exprimido tanto la teta del cotilleo que ahora ya no hablan de la vida de los famosos, si no también de la vida de l@s que hablan de los famosos.
Programas de vergüenza. Una parrilla y algunos canales que uno opta por desintonizar. Ver la parrilla de la TDT es una desesperada búsqueda, es más fácil que te toque la lotería a que encuentres algo realmente entretenido, interesante o bien hecho.
Gran Hermano, Supervivientes, Sálvame diario, Sálvame de Luxe (¿?), Operación Triunfo, Granjeros, dónde estás corazón, la noria, el diario de Juana, cientos de horas, de programas...
Váyanse a la mierda, oiga.
Y es que luego pasa lo que pasa. Chavales de 16 años incapaces de decir los continentes, las capitales de provincia, o el puñetero nombre del presidente del gobierno de turno.
Y además nos da igual lo que digan los informes internacionales de PISA o cualquiera sobre la educación en nuestros país, los valores y el nivel académico.
Es mejor poner la Wii, o la PSP que aprender a leer, a sumar y restar, a jugar creciendo y aprendiendo, compartir eso con nuestros hij@s y chavales, donde va a parar.
Estamos tan ocupados... estamos tan ocupados que hemos olvidado cual es realmente nuestra principal ocupación.
Nuestros padres aprendieron a esforzarse, a tener que luchar, a aprovechar lo poco que tenían y les daba la vida para seguir adelante.
Nosotros aprovechamos nuestros avances para hacer más lerdos en menos tiempo, y vamos ganando. Hacer un copy-paste y palante. Rápido y fácil.
Los maestros, -esos que ayudan a educar y enseñan a nuestros hij@s, a nuestros sobrin@s y niet@s- han perdido cualquier esperanza de poder realizar una educación global y de verdad de la mano de sus padres. Se juegan una denuncia, y oiga, si usted no quiere educar a su hijo, yo no soy su padre o su madre. Usted verá.
Y en esas estamos hoy, en el copy-paste, hasta que un día, de repente, nos miremos todos con cara de imbéciles, nos echemos las manos a la cabeza y digamos que la culpa es del gobierno y de su plan de educación.
Todo sea ciscarnos en la madre de los demás para no querer asumir nuestras responsabilidades de abuelos, tíos o padres.
jueves, 5 de enero de 2012
El silencio de los corderos
El asesino - Hanibal Lecter - escudriñaba a Clarice psicológicamente -separados por un cristal- era capaz, de, en pocos segundos, y gracias a una capacidad de observación brutal; lograr sacar las debilidades y los miedos que la agente Starling callaba durante años, esos que jamás se cuentan y que se convierten en pesadillas por la noche.
¿Aún oyes a los corderos chillar, Clarice?, le preguntaba un Hanibal desafiante.
Todos tenemos nuestros miedos, nadie es al 100% seguro, y tampoco creo que eso sea bueno, pero no debemos callar nuestros miedos, nuestros corderos particulares, dudas, al contrario, es mucho mejor afrontarlos, hablar las cosas, y ser honesto con quien te quiere bien.
Cuando las cosas explotan es porque no se ha hablado lo que se debería, no se ha compartido, y aún yendo más lejos, pero siendo justos, no se ha sido honest@.
Observando se pueden ver muchas cosas. Demasiadas a veces. Si un día preguntas a alguien que observa y analiza bien, debes estar dispuest@ a sus respuestas.
Si te quiere bien, te dirá lo que realmente ve, lo que piensa y lo que sucede, sacará tus miedos, tus virtudes, tus orgullos, victorias y derrotas.
No le puedes preguntar a alguien que observa para que te conteste lo que tú quieres oir.
Todos tenemos un Hanibal dentro, ése que analiza el entorno, los gestos, palabras, se pregunta los porqués, son esas cosas que te callas - si no te pregunta quien merece - y que te hacen actuar cada día.
Clarice logró la ayuda de Hanibal. Logró también volver a detenerlo. El mayor reto fue enfrentarse a sus corderos, mirar el problema de frente, escuchar sus miedos en boca de otro, darse cuenta de la verdad y finalmente, que estuvieran en silencio.
Lo consiguió.
¿Aún oyes a los corderos chillar, Clarice?, le preguntaba un Hanibal desafiante.
Todos tenemos nuestros miedos, nadie es al 100% seguro, y tampoco creo que eso sea bueno, pero no debemos callar nuestros miedos, nuestros corderos particulares, dudas, al contrario, es mucho mejor afrontarlos, hablar las cosas, y ser honesto con quien te quiere bien.
Cuando las cosas explotan es porque no se ha hablado lo que se debería, no se ha compartido, y aún yendo más lejos, pero siendo justos, no se ha sido honest@.
Observando se pueden ver muchas cosas. Demasiadas a veces. Si un día preguntas a alguien que observa y analiza bien, debes estar dispuest@ a sus respuestas.
Si te quiere bien, te dirá lo que realmente ve, lo que piensa y lo que sucede, sacará tus miedos, tus virtudes, tus orgullos, victorias y derrotas.
No le puedes preguntar a alguien que observa para que te conteste lo que tú quieres oir.
Todos tenemos un Hanibal dentro, ése que analiza el entorno, los gestos, palabras, se pregunta los porqués, son esas cosas que te callas - si no te pregunta quien merece - y que te hacen actuar cada día.
Clarice logró la ayuda de Hanibal. Logró también volver a detenerlo. El mayor reto fue enfrentarse a sus corderos, mirar el problema de frente, escuchar sus miedos en boca de otro, darse cuenta de la verdad y finalmente, que estuvieran en silencio.
Lo consiguió.
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